El concejal de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de València, Vicent Sarrià, y la directora General de Sepes, Lucía Morales, llegaron ayer a un acuerdo para iniciar este mismo año la urbanización de los viejos cuarteles de la calle San Vicente. El primero será el Cuartel de Ingenieros, lo que permitirá hacer el nuevo colegio Santo Ángel de la Guarda. Y se deja para una fase posterior el Parque de Artillería, en el que está la ampliación del colegio Soto Micó. La previsión de Sepes (Sociedad Estatal del Suelo) es vender el suelo restante para construir las más de mil viviendas programadas entre ambos cuarteles y acabar con un foco de degradación que se prolonga ya más de tres décadas.

Según explicó ayer Vicent Sarrià, a principios de legislatura ya se llego a un acuerdo con Sepes para dasatascar la urbanización de estos cuarteles, que incluye el derribó de los viejos barracones, la limpieza de suelos, la urbanización de los mismos y la construcción del nuevo colegio Santo Ángel de la Guarda en el Cuartel de Ingenieros y la ampliación del colegio Soto Micó en el Parque de Artillería. También se construirán más de mil viviendas.

Los esfuerzos, no obstante, se han concentrado en el Cuartel de Ingenieros debido a la necesidad de reformar el viejo colegio. Y ese ha sido también el motivo por el que Sepes ha retrasado la urbanización, ya que el primer solar previsto para el traslado provisional de las instalaciones (las naves de Macosa) fue rechazado por la Intervención General del Ayuntamiento y ha habido que buscar otro solar junto al hospital Doctor Peset para hacer ese papel.

Ahora, según Sarrià, el acondicionamiento de ese segundo solar (poner una plancha de hormigón para albergar los barracones) ya está en marcha y podría terminar en el mes de julio, lo que significa que este verano podría producirse el traslado del colegio de cara al próximo curso y quedar desbloqueada la urbanización de todo el Cuartel de Ingenieros.

Ayer, de hecho, la Entidad Estatal del Suelo admitió estos hechos y se comprometió a pedir los correspondientes permisos a la Conselleria de Infraestructuras y también a reclamar al Ministerio de Defensa el derribo de los barracones que no se tiraron con el conjunto de las instalaciones.

Y luego, a lo largo de último trimestre del año, se licitarán las obras de urbanización, que tienen un plazo de ejecución de siete meses y que por tanto podrían estar terminadas en el verano de 2018. Entonces será la Conselleria de Educación la que construya el nuevo colegio Santo Ángel de la Guarda y el propio Sepes se encargará de vender los solares restantes para la construcción de la parte correspondiente de viviendas.

Con este acuerdo queda encarrilado el Cuartel de Ingenieros (36.000 metros cuadrados de superficie), pero queda pendiente del Parque de Artillería, que es mucho más grande en superficie (68.000 metros cuadrados) y que también alberga la ampliación del colegio Soto Micó, que actualmente está en barracones.

Según Sarrià, esta urbanización queda para más adelante, ya que hay suelo de titularidad privada y es más difícil la gestión de los mismos. En el caso del Cuartel de Ingenieros todo el suelo es público.

Reivindicación vecinal

Con la urbanización de los viejos cuarteles de San Vicente, o al menos el Cuartel de Ingenieros, se atiende una vieja reivindicación de los vecinos de la zona, que han denunciado los problemas de salubridad que generaban los edificios abandonados e incluso los problemas de seguridad para sus viviendas, en las que se han producido varios robos entrando desde estos cuarteles precisamente.

Ayer mismo, el presidente de la Asociación de Vecinos de Parque Central-Amparo Iturbi, Julián Verges, mostró su satisfacción por este acuerdo, ya que «si finalmente se materializa lo acordado» será bueno para el colegio y para todo el barrio.