Luis Suárez de Lezo, bisnieto del matrimonio Alcántara-Ríos, salió ayer en defensa de sus bisabuelos, asesinados por una cuadrilla anarquista en la Guerra Civil, según su relato en Facebook. «Nunca fueron franquistas, su único delito fue ser católicos», señalaba al enterarse de que la calle dedicada a sus antepasados pasará ahora a llamarse de la Ilustración. «Hasta donde yo sé mis bisabuelos, esto es, el matrimonio Alcántara-Ríos, nunca fueron franquistas. Nunca ocuparon cargos políticos. Ni fueron militares. De hecho, nunca llegaron a conocer la España de Franco, porque fueron cobardemente asesinados en una cuneta por una cuadrilla de anarquistas a los pocos meses de comenzar la Guerra Civil, concretamente el 15 de febrero de 1937».

«Su único delito fue ser católicos. En un primer momento sólo pretendían asesinar a mi bisabuelo. Ella les dijo que, si ser católico era un delito, podían fusilarlos a los dos. Así hicieron. Dejaron huérfanos a tres niños. Una de ellas mi abuela. Tenía 12 años. Hoy, con 94, sigue emocionándose al recordarles. No deja de ser paradójico que llamen Memoria Histórica a este ejercicio de amnesia selectiva. Por ser católicos les quitaron la vida y por ser católicos les quitan la calle», manifestaba.

«Vaya por delante que condenamos el asesinato de este matrimonio y aunque es verdad que eran católicos, también lo es que eran falangistas. Tenían el doble carnet que se llamaba y la calle que se les dio fue por su condición de falangistas. Así figura en el expediente del ayuntamiento. Tiempo tuvo la familia si eso no era cierto de pedir que se les retirara del grupo de calles Antonio Rueda, todas dedicadas a los falangistas», aclaraba ayer Matías Alonso, del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica.