Un total de 16 buzos realizaron, ayer por la mañana, una ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados que se encuentra sumergida en el mar a 14 metros de profundidad, cerca del Real Club Náutico de València.

La ofrenda, organizada por el club de buceo Gised València y por el Real Club Náutico de València -tanto en medios como en personal-, gozó de la asistencia de un centenar de personas que siguieron el ofrecimiento a la Mare de Déu a bordo de 25 barcos fletados para la ocasión.

«Éste ha sido uno de los mejores años tanto por la afluencia de gente como por la organización», explicó Miguel Contreras, presidente de Gised València, de hecho, este año la celebración se retrasó una semana «para que no coincidiera con el día grande de la patrona de València y que la gente pudiera asistir a nuestra ofrenda en el mar», añadió Contreras.

Hace 40 años que la imagen de la Virgen de los Desamparados fue sumergida, aunque en 2009 tuvo que sacarse del fondo del mar porque «antes se encontraba en el puerto de València y con motivo de la ampliación de esta infraestructura, tuvimos que cambiar su ubicación», explicó el director del club de buceo organizador. Esta circunstancia fue aprovechada por los buceadores para restaurarla y devolverla al agua dos años después, siendo colocada esta vez, en las inmediaciones del club náutico de la ciudad.

Para celebrar los «verdaderos» cuarenta años de inmersión, desde la organización de la ofrenda están barajando la posibilidad de reemplazar la actual imagen por otra de nueva creación, y dejar la antigua «en alguna iglesia a buen recaudo». Aunque para llevar a cabo esta idea están «buscando financiación».

La Mare de Déu sumergida está elaborada en bronce y es obra del escultor Ignacio Cuartero, miembro del grupo de buceo Gised València. La pieza data del año 1977, momento en el que fue introducida en el lecho marino.

Antes de la ofrenda floral, se celebró una misa en honor a la Virgen de la mano de Asociación de la Pila Bautismal de San Vicente Ferrer. Tras la eucaristía, invitados y submarinistas fueron trasladados en barcas en una romería en la que participó el barco oceanográfico del Grado en Ciencias del Mar de Universidad Católica de València.