El Consejo de Gobierno de la Universitat de València (UV) ha decidido no pedir al juzgado el desalojo de los okupas que tienen tomado el colegio mayor Luis Vives desde el pasado 1 de mayo. Su postura, aprobada por 37 votos a favor y 1 en contra, es mantener el diálogo con los jóvenes instándoles a abandonar el edificio por su seguridad.

Desde la okupación del colegio mayor Luis Vives se han sucedido los enfrentamientos con los vigilantes de seguridad y ha habido incluso denuncias por las lesiones sufridas por dos de ellos. Pero finalmente la okupación se ha consolidado y el juez, que recibió la denuncia por la agresión a los vigilantes, ha ofrecido a la Universitat personarse en la causa o pedir una orden judicial de desalojo.

La Universitat, por su parte, ha optado siempre por el diálogo y ayer reunió a su Consejo de Gobierno para ratificar o cambiar esa postura con toda la legitimidad. Y la decisión sigue siendo la misma.

En primer lugar, ha expresado su «rechazo a la ocupación de este emblemático edificio universitario, que es un Bien de Relevancia Local, en defensa de sus legítimos intereses como institución pública propietaria del inmueble».

Así mismo, opta por «continuar con los esfuerzos de diálogo ya iniciados, dirigidos a la consecución de una desocupación pacífica del edificio, que la Universitat reclama a las personas que lo han ocupado sin autorización poniendo en riesgo su integridad física, dado que el edificio presenta deficiencias estructurales». Por último, la Universitat reafirma el «compromiso con la recuperación del colegio mayor Luis Vives para usos universitarios con una actividad abierta a la sociedad valenciana», un objetivo que «caracteriza el espíritu de la universidad y su compromiso con la generación de cultura, la difusión de la ciencia y el libre intercambio de ideas para construir una ciudadanía activa».

Si no lo ha hecho hasta ahora, dice la entidad, es por las «graves restricciónes económicas y financieras a que se ha visto sometida y que han imposibilitado, hasta ahora, la rehabilitación de este edificio». Desde los últimos incidentes, que consolidaron la okupación y llevó a la Universitat a desistir de la vigilancia masiva del edificio (dejó a dos vigilantes únicamente), la situación se mantiene en calma. Todo hace indicar qu seguirá la negociación a dos bandas y que el conflicto puede ser largo.