El Besamanos a la Virgen de los Desamparados ha finalizado bien entrada la noche del miércoles al jueves debido a que miles de personas decidieron acudir bien tarde a visitar a la patrona.

El hecho de que durante el día se hubiese sufrido una ola de calor es uno de los motivos que justificarían esta prolongación del tiempo de visita, teniendo en cuenta, además, que la Basílica había anunciado que no habría horario de cierre, sino que el acto acabaría cuando pasara el último feligrés.

En determinados momentos, la cola ha llegado hasta mitad de la calle del Miguelete, además del interminable zigzag de vallas. Lo que hace prever que hayan sido más de 30.000 las personas asistentes, una cifra que es la que se maneja prácticamente todos los años.

El tipo de visitante a la plaza era notablemente distinto: si durante el día habían sido fundamentalmente personas mayores, ancianos (que sufrieron los rigores del calor), en la madrugada se trataba más de hombres y mujeres más jóvenes. Los cuales no dejaron por ello de invertir más de dos horas en cubrir el recorrido, a pesar de que, dado lo avanzado de la noche, ya no había interrupciones para dejar pasar a impedidos, bebés y colegios.