Si ayer buscó un taxi a mediodía lo sabrá: imposible encontrar uno que estuviera de servicio. Ayer, los taxistas de València se sumaron a la convocatoria de paro nacional en protesta de la concesión de más licencias de vehículo con coche de conductor (VTC) de las que marca la ley y del mal uso que de estas hacen algunas empresas.

En València, el seguimiento fue del 90 %, un «éxito» para los convocantes. Varias paradas del centro estaban vacías -como en la estación del Norte, la calle Xàtiva o Baró de Càrcer-, ya que entre 700 y 800 taxistas de toda la C. Valenciana se desplazaron hasta Madrid para participar en la manifestación.

En otras paradas, como en la estación del AVE, una veintena de conductores aparcaban sus taxis. Allí se encontraba José Juan López, secretario de la Federación Sindical del Taxi, quien explicó que se decidió hacer un paro de dos horas «en solidaridad con todos los compañeros de España que se han trasladado a Madrid», que «no solo han dejado de ganar el jornal de un día, sino que han tenido que sufragar los gastos de gasolina». «Hemos intentado no castigar demasiado a los clientes, pero no nos queda otro remedio», confesaba.

A pesar de las últimas acciones, como la protesta que paralizó el centro de València el pasado 26 de abril, los taxistas han tenido que hacer «otra llamada de atención para forzar negociaciones». «El tema viene de 2009, no se soluciona y las VTC nos están acribillando», aseguraba López, ya que «han habido conversaciones con el ministerio, pero no hemos obtenido lo que queremos: que se cumpla el equilibrio de una licencia VTC por 30 taxis, ahora roto».

«¡Al final no vamos a poder vivir!»

Aurelio Sánchez es uno de los taxistas que se sumó al paro. «Al usuario le afecta dos horas, pero nos jugamos nuestro futuro laboral», explicaba. «¿Si somos muchos taxis y por eso nos obligan a parar dos días, ¿cómo conceden todavía más VTC? ¿Para que nuestro trabajo sea más precario? ¡Al final no vamos a poder vivir!», lamentaba indignado. Por su parte, Antonio Muñoz aseguraba que el mal uso que algunas empresas hacen de las licencias VTC «afecta a mi familia». «Lo que queremos es que se cumpla la ley y que haya las VTC que corresponde, nada más», incidía.

Además, los taxistas también se quejan de que empresas que trabajan con licencias VTC, como las plataformas Uber y Cabify, captan clientes en la calle, cuando lo tienen prohibido. «Deben estar en las bases y recibir el aviso», explicaban. No obstante, Levante-EMV pudo comprobar como algunos conductores de lujo esperaban en los alrededores de las dos estaciones de tren con la aplicación encendida, y uno de ellos fue advertido por la policía. «Dependemos de la gente de la que para taxis, si nos quitan hasta la calle, ¿qué nos queda?», se preguntaba un joven conductor.

El paro transcurrió sin incidentes en Joaquín Sorolla y, tras la llegada de un tren a las 13.15 horas, los taxistas informaron a los usuarios de las alternativas que tenían para desplazarse, como el bus o el metro, o la posibilidad de esperar hasta el fin paro. Los taxistas, calculan que con el paro perdieron entre un 20 o un 40 % de lo que ingresan en una jornada, pero «si sale adelante o de las VTC perderemos más».