El Consejo de Gobierno de la Universitat de València (UV) se ha dado una semana para intentar una última negociación con los «okupas» del colegio mayor Luis Vives y si al final de la misma no se producen avances, se plantearán otras «alternativas», entre ellas las que les ha ofrecido el propio juzgado, que pasarían por personarse en el proceso y solicitar el desalojo forzoso.

Con la decisión de ayer, la Universitat lanza una clara advertencia a los jóvenes que permanecen en el colegio mayor Luis Vives desde el pasado 1 de mayo, a los que además se les atribuyen las agresiones sufridas por dos vigilantes de seguridad en uno de los continuos «asaltos» que ha sufrido el edificio. Desde el principio su opción ha sido el diálogo y su objetivo el desalojo pacífico. Aún después de que los dos agentes tuvieran que ser atendidos en el hospital, ha permitido que los jóvenes que permanecían en el interior recibieran comida y pudieran abandonar el colegio sin ser identificados. Y para procurar una mayor objetividad en la mediación ha echado mano de dos grupos especializados en la materia: La Federación para la Mediación de la Comunitat Valenciana y El Rogle.

Ambas se están encargando de acercar posiciones entre los «okupas», que quiere abrir su centro social «La Ingovernable», y la Universitat, que quiere recuperar el edificio con la promesa de abordar su rehabilitación como colegio mayor y centro cultural abierto. Pero hasta el momento no ha habido avances en la misma y ayer el Consejo de Gobierno de la institución académica lanzó un mensaje a la otra parte. En concreto, se ha «establecido un plazo de una semana para comprobar si se producen avances en la mediación». «En caso afirmativo -asegura el consejo en un comunicado- la Universitat podría ampliar en unos días el periodo de negociación. Pero en caso contrario, el Consell de Govern analizará nuevamente la situación y estudiará las diferentes alternativas».