Bajo el título «El Saler per al poble, ara!» la Universitat de València ha organizado una exposición que rememora la lucha ciudadana y social para paralizar, en los últimos años de la dictadura franquista para evitar la urbanización prevista de la Devesa del Saler. La exposición, en la que participan urbanistas y activistas como el arquitecto Carles Dolç rememora uno de los primeros movimientos ciudadanos en España y, posiblemente, el primero ecologista, que consiguió defender el patrimonio rural, y que hoy aún es objeto de investigación y tesis en universidades europeas y estadounidenses.

La muestra, inaugurada ayer en la Nau, incluye reseñas de prensa, audiovisuales, fotografías, carteles y planos y ofrece una comparativa de fotos aéreas actuales con imágenes de la época.

La historia que se evoca arranca en el año 1962, cuando el Ayuntamiento de València promovió un plan para urbanizar El Saler y convertirlo en una marina mediterránea para alojamiento temporal del «turismo de masas». Algunas voces, en principio minoritarias, comenzaron a cuestionar la iniciativa: biólogos y ambientalistas, como los profesores Docavo, Mansanet o Gil Corell, a quienes se sumó Félix Rodríguez. El movimiento ciudadano logró que no se continuara construyendo, y la primera corporación de la democracia, presidida por Ricard Pérez Casado, paralizó definitivamente del proyecto que culminó en 1986 con la declaración del Parque Natural de la Albufera. El apartado final de la exposición está dedicado a las reivindicaciones pendientes del parque referidas a la influencia del puerto, el campo de golf, la autopista o las edificaciones existentes.

La exposición, en la que colabora el Ayuntamiento de València, está comisariada por Carles Dolç, Tito Llopis, Felipe Martínez, Alberto Perdigón (arquitectos) y Maria Josep Picó (periodista).