Un nutrida comitiva de responsables políticos del Consell y del Ayuntamiento de Valencia, encabezada por Ximo Puig y el alcalde, Joan Ribó, recorrió ayer las calles en proceso de reurbanización del barrio del Cabanyal en una de las pocas visitas oficiales de un presidente de la Generalitat al antiguo y castigado barrio de pescadores que recuerdan los vecinos. Tras visitar las obras de renovación del saneamiento y ampliación de aceras en las calles de la Reina y Barraca, Puig y Ribó comprobaron la evolución de las obras en algunas de las viviendas públicas que se están rehabilitando en el Cabanyal para destinarlas a alquiler social. El presidente Ximo Puig aseguró que «el Cabanyal simboliza el renacimiento de la Comunitat». «Hemos pasado de la destrucción a la reconstrucción», remachó.

Los responsables políticos no entraron en la denominada «zona cero», donde los problemas de convivencia derivados de la venta de droga, la okupación, el ruido nocturno y las chatarrerías ilegales se agravan ante la falta de políticas sociales de las administraciones. Así se lo trasladaron ayer los representantes de Salvem el Cabanyal al presidente y al alcalde durante la visita, en la que repartieron un manifiesto denunciando la inacción ante la fractura social del barrio.

Los vecinos valoraron la derogación del plan de la prolongación y las nuevas políticas de regeneración del barrio sin embargo apuntaron que «no se puede fiar la regeneración del barrio a la reurbanización de las calles». Así lo advirtió ayer el portavoz de Salvem el Cabanyal, Faustino Villora. «Nos estáis fallando», les dijo el dirigente vecinal al presidente Puig y a Joan Ribó en un breve e improvisado encuentro al término del recorrido de obras. «Todo cuesta más de lo que nos gustaría pero estamos en el camino correcto y con una inversión de más de 30 millones», apuntó Ximo Puig. «El barrio tiene un horizonte de futuro, tiene ilusión y vamos a intentar que l a convivencia sea mejor y que las personas tengan unas viviendas dignas».

El Cabanyal tiene edificios de gran calidad arquitectónica que dan testimonio de «la fuerte identidad mediterránea del Cabanyal, que se ve en sus fachadas y su trama urbana, que ahora se va a rehabilitar», destacó el presidente, quien recordó igualmente que el Gobierno «tiene una responsabilidad grande en la mejora de la convivencia del barrio».

El alcalde, por su parte, aseguró que las cosas en el Cabanyal marchan «a buen ritmo». Joan Ribó reivindicó que las mejoras urbanísticas y de las infraestructura «condicionan el comportamiento de la gente» y aseguró que el ayuntamiento también está trabajando en mejoras sociales.

Cuatro viviendas sociales

Mañana (por hoy) recordó el regidor se entregarán cuatro viviendas sociales. E»n poco tiempo el Cabanyal será un barrio normal donde la gente podrá convivir, será uno de los barrios buenos de València porque está en un espacio privilegiado. En alusión a la okupación y a las chatarrerías, el alcalde destacó que «se está trabajando» aunque «determinados comportamientos no se corrigen en dos días». Ribó admitió que «tenemos problemas con la okupación» (hay más de medio centenar de casas municipales ocupadas), si bien destacó que «vamos a resolverlos por los caminos que corresponden, judicial y policial, pero estas personas tienen sus derechos y hay que respetarlos».

El Cabanyal va a recibir una inyección económica de más de 50 millones de euros, 19 del plan de inversión productiva de la Generalitat, 14 del plan ARRU que cofinancia el Estado, la Generalitat y el Ayuntamiento, y otros 30 del programa europeo de regeneración Edusi, según explicaron ayer durante la visita la consellera de Obras Públicas, María José Salvador y el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià.