Llevaron a cabo la refundación de València en Comú, que no estuvo exenta de tensiones. ¿Cómo lo vivió? ¿Se han calmado ya las aguas?

Ha sido un proceso muy complicado y habido más que tensiones. Hemos estado al borde de la disolución, algo que se llegó a plantear. Ha sido un proceso muy duro personalmente para todos, no solo para mí, porque ha sido un periodo para todos de una intensidad extrema. Al final creo que se ha resuelto bien o muy bien. La fórmula que hemos encontrado ha pasado por sentarnos, hablar, reconocer las diferencias internas, los planteamientos diferentes, pero reconocer la necesidad de resolverlo con un acuerdo amplio, como hicimos en la última asamblea constituyente. Ha salido una nueva fórmula de organización que es mucho más realista y más acorde a las responsabilidades que tenemos de gobierno. En estos dos años hemos tenido que madurar mucho, pasar de ser una plataforma ciudadana espontánea a una organización más solida para poder gobernar. En esta asamblea hemos sentado las bases para un funcionamiento mas coherente. Confío en que funcionemos mejor. El elemento fundamental es que València en Comú pasa a incorporar orgánicamente a Podemos. Antes València en Comú simbólica y políticamente estaba vinculado a Podemos, pero era algo autónomo. Ahora ya no. Eso nos obliga a funcionar incorporando a Podemos en las decisiones. Y yo creo que es muy bueno. Nos dota de estabilidad y una visión política más amplia.

Cuentan con menos visibilidad que sus socios de gobierno y en ocasiones parece que el Govern de la Nau es cosa de Compromís y el PSPV. ¿Cuál es la previsión electoral?

Nuestra falta de visibilidad se debe a muchos motivos, somos más pequeños, tenemos menos maquinaria para generar comunicación, frente a Compromís y PSPV, con maquinarias muy potentes. Pero también responde a nuestra debilidad política como partido. En el propio grupo municipal hemos tenido muchas diferencias. La clave para nuestras posibilidades de cara a 2019 es ser capaces de impulsar de nuevo una organización con presencia en la ciudad, tener presencia en los barrios. Será fundamental que nos convirtamos en interlocutores en todos los barrios. Eso debe ir acompasado para comunicar lo que somos y qué queremos hacer. Mi balance es que no podemos llegar a 2019 solo ofreciendo gestión municipal, tenemos que ofrecer algo más, como organización política potente. Tenemos dos años por delante y hemos sentado las bases para que eso sea así. Ahora vamos de la mano de Podemos sí o sí y tenemos que articular y evitar duplicidades, ser capaces de coordinar algo políticamente fuerte juntos en la ciudad y ahí es donde nos la jugamos. Dentro de todas la dificultades que hemos pasado, las encuestas no son malas. Seguimos siendo necesarios para un gobierno de cambio y hay expectativas de que vayamos a más. Las encuesta del ayuntamiento, que es la más amplia, nos dejaba en voto directo como tercera fuerza, y a nivel de sensaciones nos da una buena posición para llegar a 2019.

Ven a Podemos como un motor que les puede inyectar visibilidad y medios. Pueden decir que son Podemos...

Definitivamente sí. Hasta ahora teníamos el apoyo de Podemos y ahora en una parte importante somos Podemos. Eso es un activo.