La Sección Especial de las Fallas sufrirá otra baja en el ejercicio de 2018. Si hace unos días se confirmaba la ausencia de Federico Mistral-Murta, tras dos años tratando de estar con los mejores, en este caso se trata de una comisión que ya había alcanzado un indudable punto de solera: Malvarrosa-Antonio Ponz-Cavite.

Después de 17 proyectos en la categoría, los responsables del mismo han optado por rebajar las pretensiones del monumento grande para centrarlo en otras dos facetas que, a la larga, estaban rentándoles más: la infantil y la iluminación artística.

Un análisis mínimamente frío permite llegar a la conclusión de que la falla grande poco o nada aportaba en los últimos años a la comisión. Sobre todo, desde que hicieron una apuesta decidida por la iluminación artística. Es cierto que las otras dos grandes especialistas (las fallas de la calle Literato Azorín) tienen una relación mayor de dependencia entre la calidad de la iluminación y la presencia en la Especial. Pero, a estas alturas, Malvarrosa no era competitiva con su falla grande. De hecho, ese ha sido su sino en estas casi dos décadas. El presidente, José Candela, reconocía que «nos movemos con el patrocinio de las luces y es lo que nos está trayendo mucha gente, teniendo en cuenta el enorme hándicap que supone para nosotros plantar en el Marítimo.

La falla grande estaba siendo un esfuerzo que no estaba saliendo rentable y, para eso, lo que queremos es reestructurar la estrategia: dentro de cuatro años cumplimos el 75 aniversario y lo que queremos ahí es estar y competir de verdad con los mejores».

Con Mario Gual a Primera B

La falla grande no quedará abandonada, puesto que la idea es militar en Primera B aspirando a la victoria. Mario Gual será el responsable de la falla. A la vez, la apuesta se redoblará con la falla infantil, donde esta comisión sí que ha conseguido encaramarse a la élite con las fallas de Miguel Hernández. «Ahí vamos a invertir más para tratar de seguir la proyección ascendente». La elección de «Miguel H» como artista de la falla infantil del Ayuntamiento puede ser un factor que juegue a favor del proyecto de competición que plantará en la Sección Especial.

Malvarrosa-Antonio Ponz-Cavite accedió a la Sección Especial con el nuevo siglo y siempre lo ha hecho con el hándicap de la inferioridad económica sobre el resto de competidores, agravado en los momentos de prosperidad por el hecho de no pertenecer (nunca lo hizo) a la Federación de Fallas de Especial. Durante estos años han desfilado hasta once artistas diferentes. Su mejor resultado fue, con mucha diferencia, el de 2010, cuando el proyecto de Vicente Martínez Aparici con diseño de Carlos Corredera no sólo alcanzó el quinto premio, sino que entre los miembros del jurado tuvo voces que apostaban claramente por la victoria a pesar de trabajar con volúmenes modestos de tamaño.

Pero la tónica general ha sido la de luchar por quedar por el mejor puesto dentro del particular furgón de cola, aunque no pudieron evitar el «sin premio» en cinco ocasiones. El resto de premios se movieron entre el séptimo de 2002 (también con Martínez Aparici) y el décimo tercero de 2005 y 2007.

En estos años también destacó con los proyectos de calles adornadas (llegaron a mostrar disecado el célebre toro «Ratón») y las mencionadas fallas infantiles. Pero en los últimos años han conseguido un hueco importante con la iluminación artística. El año pasado obtuvieron su mayor éxito al alcanzar ya el segundo premio, superando a Sueca-Literato Azorín. La presencia como patrocinadora de una firma cervecera, que ha «leído» la repercusión mediática de estos montajes, unido a las posibilidades que les dan para ello la avenida de la Malva-rosa, les han hecho virar los esfuerzos hacia los trabajos italianos.

Antes de ascender a Especial, Malvarrosa tuvo un momento especialmente brillante entre 1996 y 2000, donde cuatro fallas de José Puche obtuvieron otros tantos primeros premios en Primera A y B.