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Expertos instan a preservar el adoquín que aflora en Russafa y en el Cabanyal

Arquitectos y urbanistas animan al concejal de Urbanismo a mantener la pavimentación de piedra, más drenante y sostenible que el asfalto - Sarrià señala que lo estudiará pero reconoce que es difícil

Expertos instan a preservar el adoquín que aflora en Russafa y en el Cabanyal

Arquitectos y urbanistas han llamado la atención en las últimas semanas sobre la aparición, durante las obras de reurbanización que se están llevando a cabo en distintos barrios, de los antiguos pavimentos de adoquín.

En las últimas semanas han salido a la luz durante las obras de renovación del saneamiento y reurbanización de la calle de la Reina, en el Cabanyal, y de la calle Sueca, en Russafa, el pavimento de piedra, e incluso las antiguas vías del tranvía.

Muchas ciudades y centros históricos, incluido el de València, están recuperando este tipo de pavimentos de piedra para mejorar el drenaje del subsuelo y con ello el crecimiento del arbolado y las zonas de sombra.

El buen estado de conservación de estos pavimentos ha sorprendido a los técnicos que han llamado la atención sobre la conveniencia o no de mantener el adoquín y prescindir del asfalto, menos sostenible. Así, lejos de la posibilidad de volver a tapar y dejar el «hallazgo» en un momento de nostalgia, los expertos instan al concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, a recuperar este pavimento.

Sin embargo, el responsable del departamento confiesa que no es tan fácil como pueda parecer. Sarrià indicó a este diario que «no descarto una actuación de recuperación del pavimento, o al menos de una parte, pero habría que estudiarlo con los técnicos. La cota del adoquín está muy baja y eso obligaría a reformar todo el proyecto de las obras».

«Da pena que se tape porque, efectivamente, sale en todas las obras en la ciudad. En su momento no se retiró y por ejemplo en la zona de la calle Xàtiva hay pavimento, o si picas en Guillem de Castro, saldrá», indicaba.

Recuerda esta situación a las placas de metal que también aparecen en la antigua ronda de Tránsits de la ciudad, donde existió el «camí de ferro». Estas planchas se colocaban para que los carros de caballos no erosionaran el pavimento de piedra. Ambos, al final, fueron sepultados por capas de asfalto. «Antes no se fresaba el asfalto y por eso el nivel es muy alto. Hoy sí se hace para evitarlo», comenta Sarrià, y de ahí la gran diferencia de niveles entre el pavimento y la actual calzada.

Encarecimiento de las obras

«El problema es que hay zonas en las que ha desaparecido ese adoquín, o en las que se abrieron zanjas, y habría que reponerlo, y además se hace a mano. Me he planteado en ocasiones recuperarlo, pero realmente tiene un coste elevado», explica el concejal. Asimismo, indica que el cambio de cota supondría realizar variaciones en el saneamiento, como el cambio de alcantarillado, colectores, de imbornales,...

«Son proyectos que hay que recordar que han sido licitados a una empresa y en todo caso habría que negociar con las mismas cambios y aún más si se eleva el coste de la intervención», añade Vicent Sarrià.

Sin embargo, indicó que hoy trasladará esta posibilidad a los técnicos de su departamento para ver si se puede estudiar realizar la recuperación del pavimento en alguna calle, «o al menos en una parte».

Por otro lado, explicó que en el centro histórico en varias ocasiones, durante intervenciones de urbanismo, ha aflorado un pavimento todavía más antiguo, el que se realizaba con rodeno, de color rojizo. En este caso, según el concejal se ha extraído y aprovechado para colocarlo en algunas aceras o jardines, de forma que se pueda ver.

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