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Corpus

El Consell de la Ciutat construyó la Casa de les Roques en 1435

Los Jurados decidieron construir una casa para sede de la fiesta donde se guardaba los carros triunfales, los útiles escenográficos, las decoraciones o la indumentaria de los personajes del Corpus

El Consell de la Ciutat construyó la Casa de les Roques en 1435

El Consell de la Ciutat, hoy Ayuntamiento de València, organizador y patrocinador de la solemnial e general processó de Corpus desde su primera edición el año 1355, tenía dotada la fiesta en sus presupuestos y a ella asignó funcionarios entre los que estaba el administrador, quienes se preocupaban de todo lo concerniente a su preparación y desarrollo.

En 1435, los Jurados decidieron construir una casa para sede de la fiesta donde se guardaba los carros triunfales, las Rocas, los útiles escenográficos de los misteris, las decoraciones, alegorías, indumentaria de los personajes bíblicos y diversos elementos que se utilizaba en la procesión.

Antes de denominarse Rocas, a estos enormes carros se les designaba con el nombre de Entremeses por representarse sobre ellos y por calles y plazas los Misteris , piececillas teatrales religiosas que explicaban plásticamente estampas relacionadas con la Eucaristía, por lo general bíblicas.

Pasarían posteriormente a ser mencionados estos vehículos con el popular nombre de Roques. Ningún historiador del Corpus ha explicado el origen y significado de este nombre. Se ignora por el momento, por lo que sólo puede hacerse una hipótesis. Una bastante lógica es la que defiende el folklorista Manuel Camarasa. Es la que relaciona las carrozas con el lugadonde eran guardadas, junto a las Torres de Serranos, cerca del cauce del río Turia, donde había unas enormes rocas sobre las que lavaban la ropa las mujeres o se blanqueaba y curtía pieles, de ahí que la calle ribereña del río en ese concreto tramo se llame Blanqueries. Aquellas enormes rocas o losas de piedra debieron dar nombre a los carros y la casa de su guarda y custodia.

En 1441, se vio la necesidad de ampliar la Casa de les Roques, porque las Rocas habían aumentado en número y tamaño, deliberando y acordando el Consell hacerlo, sin que se ejecutara la disposición inmediatamente por problemas económicos.

En 1446, ya se pudo. Fueron compradas unas tenerías de la calle Roteros, entre muro y muro de la ciudad, junto a las puertas de Serranos, las cuales estaban en situación de subasta judicial. El acuerdo explica que a obs de tenir los entramesos e altres coses necessaries a la proceso de la festa del cors precios de Jesucrist la qual per costum antich e loable se fa cascun any la dita Ciutat. Las obras concluyeron en 1447.

No sólo servía de almacén dicha Casa. La habitaban los empleados municipales y el Capellá de les Roques. Y en ella, dies ans de la festa ensayaban los actores de los Misteris y los Autos sacramentales. Era además una manera de controlar las representaciones, porque quería cerciorarse el Consell «si estarán en lo modo al honor de la Ciutat».

Se preparaba allí las Rocas que eran de la Ciudad, las de las Órdenes Religiosas ya venían a punto desde los respectivos conventos. De ahí tenemos que la Roca del Paradís en 1663, fue dispuesta así: enramar y adornar de murta y rama dita roca y arbre per a la serpent, possant en aquell fruta tot en la forma acostumada, fent i clavant una escala pera a pujar a la popa del vistuari deixantla en dita Roca y regir les tramoyes ques fan en les representacions de aquella quant se representa, posar y asentar los adorns que se li donaran y tornarlos a la Casa de les Roques.

Todos los años se hacía inventario de lo existente en la Casa de las Rocas, actas que se redactaba en valenciano y son conservadas en el Archivo Histórico Municipal. En 1716 dicho parte ya fue hecho en castellano. Había comenzado la etapa de fuerte castellanización del histórico Reino de Valencia, que afectó a la redacción de los textos de las administraciones civil y eclesiástica.

Las numerosas Rocas que han existido a lo largo de la historia del Corpus Valenciano han sido protagonistas de numerosas anécdotas y vicisitudes. El cronista e historiador de la Ciudad, José María Zacarés y Velázquez, publicó una detallada crónica de la Procesión del Corpus donde testimonia numerosos datos curiosos: «Ocho días antes de la festividad eran colocados en las plazas de la Seo, del Mercado y de Cajeros los toldos blanco y azul o velas del Corpus. A las tres de la madrugada de la víspera del Corpus eran sacados los carros triunfales, popularmente llamados Roques. Los jóvenes tenían el derecho de sacar la Roca Diablera o de Plutón. Al amanecer de dicha víspera, el Capellá de les Roques, presbítero funcionario municipal con residencia en la Casa de Les Roques, montado a caballo encabezaba un cortejo de batidores, lacayos, momos y moma, danzas, misterios, personajes bíblicos, comparsa de la degolla, caballos, comisionados, alguaciles y piquete de caballería, recorriendo las calles de la ciudad invitando a la procesión del día siguiente».

En 1957 con motivo de la gran riada que asoló Valencia, la Casa de les Roques quedó muy afectada por las aguas y el barro, al estar muy cerca del cauce del Turia, en zona inundable y más baja que su nivel. Las Rocas fueron restauradas y repuestos los demás elementos de la procesión allí guardados que quedaron muy deteriorados en el años 1959.

En 1977, apareció el Grup de Mecha, grupo de personas que contrariadas por el derrotero a la baja y en negativo que tomaba la procesión se hizo con los cirialots de los pordioseros que contrataba el Ayuntamiento y comenzó a dignificar la procesión en su aspecto externo tradicional. De su dinámica nacería Amics del Corpus, logrando recuperar parte del esplendor histórico de la singular procesión en todos los órdenes y sentidos.

Fueron fundamental en este resurgimiento la labor callada y efectiva del canónigo e historiador don Vicente Castell Maiques, del escritor e historiador Manuel Andújar y del asesor de fiestas del Ayuntamiento de Valencia, Josechu Rey de Arteaga, quienes lograrían que el Ayuntamiento convirtiera la Casa de les Roques en un Museo de la procesión de Corpus.

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