El convenio firmado ayer entre la Conselleria de Hacienda y el Ayuntamiento de València es un precedente para muchas cosas. De entrada, Vicent Soler y Joan Ribó explicaron que éste es un acuerdo que afecta a la ciudad de València, pero abierto al resto de municipios de la Comunitat Valenciana. Y de la misma manera es un acuerdo que afecta al cobro de las multas de tráfico, pero que en el futuro podría incluir otros impuestos o tasas. Para el conseller, el Instituto Valenciano de Administración Tributaria (IVAT), que se encargará de gestionar estos cobros, podría encaminar sus pasos de esta manera hacia la pretendida Agencia Tributaria valenciana.

«A partir de ahora, las haciendas de los entes municipales recibirán el apoyo del aparato administrativo autonómico acotando así las limitaciones que su ámbito geográfico competencial les impone, al mismo tiempo que el IVAT se constituye en la deseada Administración tributaria autonómica potente y profesionalizada», precisó.

«Se ha dado un paso muy importante en la coordinación de las dos administraciones, insistió el conseller, que destacó la vocación municipalista del Consell. «A nosotros no tienen que convencernos», dijo.

Puerta abierta

«Es importante para las finanzas, para la justicia y para la seguridad, recalcó el alcalde, convencido de que «esta será la nueva forma recaudatoria en la Comunitat Valenciana».

Es más, Ribó advirtió de que el aumento de la recaudación por multas, además de generar seguridad recaudatoria y contribuir a las finanzas del ayuntamiento, puede hacer que bajen otros tributos municipales, lo que repercute en todos los ciudadanos.