El alcalde de València, Joan Ribó, realizó ayer su gestión de los dos años del Govern de la Nau, analizando cada una de las áreas del ayuntamiento, bajo la mirada de Compromís. Y es que lo hizo en la sede de su partido, como líder de la formación en la ciudad con el respaldo de todos sus concejales.

Ribó destacó que València «ha cambiado de rumbo» tras 24 años del Gobierno del PP, algo que «la gente lo está notando» y que el trabajo realizado «no lo ha hecho solo Compromís, sino los tres grupos políticos». «Es el trabajo colectivo de 17 concejales»,destacó, en referencia al número de ediles que suman su partido, PSPV y València en Comú.

«Cada uno de los partidos tiene su forma de pensar, sus preferencias e intereses, pero tenemos una dirección común: fijarnos en las personas y fijarnos en los barrios». «Queremos una ciudad de oportunidades, amable, hospitalaria, sostenible y europea», añadió Ribó, sentado en primera fila y acompañado por sus concejales.

Sobre la relación con sus socios, Ribó reconoció que «ha habido fricciones», al tiempo que destacó que se trata de un acuerdo de gobierno «estable». Así, destacó: «el Govern de la Nau ha votado siempre de forma uniforme en el pleno».

Transparencia y economía

Joan Ribó hizo un detallado análisis de todas las cuestiones más relevantes de la ciudad, empezando por señalar que están trabajando «por mejorar la ciudad» y «haciéndolo con la participación de los vecinos». «Actuamos con transparencia. Se ha acabado la época del despilfarro y la corrupción. Pero sigue habiendo una contradicción respecto a esto, y es que hay todavía en el consistorio nueve concejales imputados», dijo haciendo referencia a los ediles del PP afectados por el «Caso Taula».

Ribó señaló que en el ámbito de la economía se ha pasado de una deuda de 1.200 millones en 2012 a los 583 millones previsto para el año que viene; así como que el pago medio a provedores ha pasado de 60 días en 2012 a 4,4 ; y que el déficit pasó de 10,5 millones en 2012 a un superávit de 42 millones. «Gestionamos la economía mucho mejor que la derecha», sentenció, mientras volvía a insistir en la necesidad de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, elimine el plan de ajuste que impide al ayuntamiento hacer uso del superávit.

Joan Ribó también habló del «impulso del pequeño comercio», la apuesta por la agricultura, el consumo de kilómetro cero, o el protocolo para la reestructuración de Fira València.

Sobre la huerta indicó que se ha pasado de considerarla «un solar para especular» a que la ciudad sea capital mundial de la alimentación; y habló de la apuesta por un turismo diversificado, con el control del auge de los apartamentos turísticos. También resaltó la futura contratación de 400 jóvenes por parte del ayuntamiento, y el aumento de contrataciones en el ámbito público.

Ribó insistió en la limpieza en el incremento del 15% destinado a esta partida, o el augmento del 47% en presupuesto para Bienestar Social. Destacó las medidas de alquiler social y la paralización de «desahucios por impagos de hipotecas». Sobre los problemas de convivencia detalló que en el caso del botellón se han realizado 4.900 identificaciones, se han incautado casi 15.000 botellas y se han denunciado a más de 3.300 establecimiento. Asimismo, sobre las molestias y regularización de terrazas señaló que el PP en 2014 pintó 11 terrazas y el Govern de la Nau en 2016, 614 y que mientras que los populares realizaron 208 sanciones el tripartito ha llevado a cabo 341. En movilidad destacó la creación del anillo ciclista y que València sea la ciudad que mayor incremento de usuarios del transporte público ha registrado.

Como objetivos para los dos años que quedan de legislatura Ribó se marca la municipalización de las escoletes municipales, así como acabar el Parque de Benicalap, parte del Parque Central, finalizar el aparcamiento de la plaza de Brujas y la reforma de la plaza de la Reina.

Sobre la destitución del jefe de servicio de la concejalía de Juventud -bajo el mando de María Oliver, de València en Comú-,Ribó indicó que «nadie conocía este problema- y que «nos lo tenía que haber notificado», en referencia a la persona despedida.