La encuesta del Plan Estratégico de la Fiesta que está llevando a cabo la concejalía de Cultura Festiva volvió a ser ayer motivo de polémica política debido a las acusaciones de la oposición y el debate abierto en el mundo fallero. El motivo fue que ayer en la calle se difundieron entre los falleros diversas preguntas que supuestamente formaban parte del señalado cuestionario que salieron a desmentir tanto el concejal de Cultura Festiva y presidente de la JCF, Pere Fuset, como la empresa encargada de este trabajo, Invest Group.

Como publicó este periódico, la encuesta pregunta desde cuándo deberían colocarse las carpas o la proyección turística, hasta si se es más de izquierdas o de derechas o si el encuestado se siente más español o valenciano. Son preguntas que ayer no desmintieron desde la concejalía.

Sin embargo, el concejal del PP, Félix Crespo llegó a pedir ayer que se suspendiera la encuesta y aseguró que se estaba preguntando «sobre miembros del equipo del gobierno».

Esa era solo una de las diversas preguntas que ayer negaron tanto el concejal como la empresa. Desde InvestGroup señalaron que no se pregunta sobre la gestión del alcalde, Joan Ribó, así como tampoco por si se votaría al Govern de la Nau en las elecciones de 2019.

La empresa asegura que tampoco se está cuestionando sobre la gestión de concejales, si se es valencianista o si las fallas deberían estar en valenciano o castellano. En el ambiente fallero circulaban al menos una decena de preguntas que no se estarían llevando a cabo siempre según las mismas fuentes.

La empresa encargada del barómetro señaló en un comunicado que «todas las preguntas formuladas, tanto las de carácter sociodemográfica general como las específicas sobre las cuestiones falleras, están formuladas de acuerdo con los estándares universalmente reconocidos en este tipo de encuestas sociológicas y han sido planteadas de acuerdo con los protocolos profesionales habituales».

Pere Fuset insistió ayer en que «como es lógico, cualquier estudio sociológico sobre una muestra y un universo concreto, en este caso el del mundo fallero, se pregunta por variables socioeconómicas, como puede ser el nivel de estudios, o si se trabaja o se está en el paro; o sobre las distintas visiones de la sociedad, política o cultura, entre otras muchas variables habituales en cualquier encuesta».

El PP habla de «la Gestapo»

A pesar de las explicaciones de la concejalía y la empresa, tanto el PP como Ciudadanos arremetieron contra esta iniciativa, que como señaló Fuset busca obtener una «radiografía» del mundo fallero y «fomentar su participación directa en los debates de la fiesta».

Ayer el más duro fue el PP, y en particular el presidente de su gestora en la ciudad, Luis Santamaría, quien acusó al alcalde y Fuset de utilizar «técnicas de presión propias de la Gestapo (la policía secreta nazi) para amedrentar a las comisiones falleras».

Santamaría calificó de «vergonzoso, lamentable y posiblemente hasta ilegal» el cuestionario. «Preguntar por la ideología política, por si los encuestados son católicos practicantes o si se consideran valencianos y españoles son preguntas que nada tienen que ver con el mundo de las Fallas y que conllevan respuestas que en todo caso pertenecen al ámbito privado e íntimo de las personas», aseguró.

Por su parte, la concejala de Ciudadanos, Amparo Picó, apuntó que muchas de las preguntas «no afectan ni tienen ninguna relevancia sobre la fiesta fallera ni su gestión» y que «recuerdan a una recogida de información de otras épocas para catalogar y controlar a los ciudadanos y la clara intención de politizar la fiesta de las fallas».