Hace unos años, en la plaza del Ayuntamiento de València había hasta 22 puestos o kioscos de flores que daban a este espacio de la ciudad una personalidad y un perfume especial. Hoy quedan 11 abiertos y según las y los floristas este arte y negocio más bien sobrevive desde hace tiempo en el epicentro de la ciudad.

Las flores llegaron a esta plaza en el año 1924 desde la antigua plaza de La Pelota, hoy Mariano Benlliure. Su primera etapa la vivieron en forma de quiscos adornados con cerámicas de Manises y en los años 30 acabaron bajo tierra, en la parte subterránea de la icónica plaza de Javier Goerlich. Tras la siguiente remodelación a inicios de los años 60 volvieron a ver la luz y hasta entonces.

Como publicó este diario, hace ya un año que el kiosco número 13, el que enfrenta con la calle Correos, está cerrado, totalmente abandonado después de que la persona que un día lo llenaba de color no pudiera seguir adelante, según dicen en la plaza por una enfermedad. Su tía era quien tenía la licencia desde hacía muchísimos años y tras fallecer el ayuntamiento ha comunicado que se ha dado de baja esta concesión.

¿Alguien se interesará por devolverle la vida? Las floristas consultadas por este diario ponen cara de circunstancia y opinan que así se quedará o que será retirado como otros tantos. Cuentan que hoy en día sobreviven, que cuentan con un público fijo, pues el turista no compra flores. «Todas las semanas ha venido gente preguntando por ese puesto, pero eso no tiene futuro. El ayuntamiento debería darle otro uso para vender horchata o poner otro puesto turístico», señala una de las trabajadores de los kioscos.

¿Un nuevo uso?

Las concesiones son transferibles a los familiares y así ha sido durante décadas. Si queda un puesto libre como ahora el ayuntamiento puede sacarlo a licitación o disponer del mismo. En el caso que opte por sacarlo a licitación habrá que ver si el ayuntamiento continúa dándole el uso actual o si puede optar por otros, pues cabe recordar que uno de los quiosco que hay en la plaza es de Turismo València, donde dan información a los visitantes. ¿Desaparecerá el kiosco número 13 como otros tantos o será una excepción, disfrutando en un futuro de una nueva vida?

Sobre usos diversos está el citado precedente de la caseta de Turismo València que según explica la concejala Sandra Gómez, responsable del área, hoy en día se está utilizando de forma polivalente: «Como ya tenemos la oficina de Turismo en el ayuntamiento, en Navidades la ofrecimos a los comerciantes del centro para hacer promoción y este verano la utilizará La Marina» para poder informar a los turistas de sus actividades y accesos.

Así, el kiosco 13 puede ser uno más en desaparecer o un primer paso para diversificar el uso de estos espacios.