«Este caparazón que tenemos aquí pertenece a una tortuga que murió al confundir una bolsa con una medusa». Este trágico final, explicado por uno de los técnicos del Oceanogràfic a los asistentes al acto de limpieza de la playa y suelta de tortugas que tuvo lugar ayer en Puçol, es mucho más habitual de lo que pueda parecer. Cada año, gran cantidad de ejemplares mueren por esta causa, así como ahogados al quedarse atrapadas en las redes de pescadores y no poder salir a la superficie a respirar. Otras, en cambio, tienen algo más de «suerte», pues son recogidas todavía con vida y trasladadas a lugares de recuperación como el que alberga el propio Oceanogràfic desde hace ya diez años. En él, como se explicaba ayer, ya se han tratado 338 tortugas, devolviéndolas luego al mar tal y como se hizo ayer en la playa de Puçol con tres ejemplares de tortuga boba, la más común en el mar Mediterráneo.

Esta esperada y emocionante suelta, que contó con la presencia de unas 500 personas que no quisieron perderse este momento, vino precedida de una jornada matinal muy intensa en la que diversos grupos de limpieza, en los que participaban también niños, limpiaron la playa, los espigones e incluso el fondo marino. Así, lograron sacar más de 50 kilos de basura, lo que demuestra de la suciedad que hay acumulada.

«Hemos planeado este día para tener la playa más limpia y también por concienciación. Esos niños que ahora limpian el día de mañana, cuando vayan a la playa, serán más conscientes porque ya saben toda la suciedad que pueden encontrar sino se actúa con responsabilidad», decían Chelo, Ana y Nieves, tres de las voluntarias que formaron parte de los equipos de limpieza.

Ellas, y otros voluntarios, contaron que se habían encontrado, sobre todo, plásticos, tapones, pajitas, bastones de los oídos y colillas. Y pedían a la población no arrojar nada al suelo en ningún sitio porque «luego puede acabar en cualquier lugar como en el mar, y afectar a mucha especies. Así, las tortugas se atragantan con las pajitas o los bastoncitos. O los peces se comen los plásticos y se mueren.

Este acto se enmarca dentro de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, que fue el 5 de junio, y del Día de los Océanos, que fue el pasado día 8. De este modo, y por segundo año consecutivo, el Oceanogràfic, junto al Ayuntamiento de Puçol y el club de buceo Trotafons, colaboran para conseguir un litoral y unos fondos marinos más limpios y unas conciencias más respetuosas con el medio ambiente.