La que está finalizando no es la primera encuesta de carácter sociológico que se realiza alrededor de la fiesta fallera. Una de las más importantes tuvo lugar en el año 1990 como elemento del libro «Historia de las Fallas» que editó Levante-EMV. En aquella ocasión, el profesor Torcuato Pérez de Guzmán coordinó el capítulo «Situación Actual de la Fiesta» que incluyó una encuesta. Realizada por el Instituto Emer, se dirigió a la totalidad de ciudadanía (falleros o no) con un total de 400, un universo también proporcionalmente mayor al de los sondeos electorales.

Entre las preguntas que se realizaron destacaba la definición de la fiesta con diferentes grados de alabanza o crítica («Genuina representación de la valencianía», «fomento del espíritu de barrio», «ocasión para divertirse», «algo que me deja indiferente», «una molestia» y «una distorsión de la identidad valenciana»). También se preguntaba sobre cómo se viven las fiestas (fallero, espectador, no participante, salir de la ciudad) y estos datos se cruzaban con los de edades, sexo o clase social en función a la situación económica propia.

En estos días, a colación de la encuesta, también se han recordado las encuestas que hizo durante años Levante-EMV para sus Extras de Fallas, en las que los encuestados eran los presidentes exclusivamente. En aquellos sondeos se hicieron todo tipo de preguntas, incluyendo análisis sobre la gestión de los diferentes concejales de fiestas o incluso algunas de índole política. Sin ir más lejos, en el Extra de Fallas de 2015 se preguntó una pregunta de alto contenido político: «Independientemente de la gestión política general y de su propia intención de voto como ciudadano, ¿qué partido cree usted que gestionaría mejor las fallas o que entiende o entendería mejor los problemas de las fallas?». Curiosamente, la opción más votada fue «Ninguno», con el 39,6 por ciento, seguido por el PP con el 34,4 por ciento. Durante todos esos años, y al tratarse de un censo cerrado, la confidencialidad fue absoluta en lo que suponía la contestación individual de cada pregunta.

Así mismo, en el libro «Sociología de la Ciutat de València»., Rafael L. Ninyoles también se vale del método de encuesta para descubrir la adscripción política, educativa y de género de los miembros de las comisiones de falla.