En el pleno de la JCF se reiteraron estos argumentos, aunque en los turnos de palabra volvió a suscitarse que, según algunos testigos (el presidente de la Interagrupación incluido), alguno de los encuestadores habría preguntado por la gestión de Joan Ribó y el de los concejales más sobresalientes. Fuset instó a los ponentes a que dieran exactamente los datos de en qué falla se produjo esto. «En cualquier caso, es irrelevante que alguien haya podido extralimitarse o que el encuestado entienda como pregunta lo que ha hecho como respuesta. Son aspectos que no están en la encuesta y que no van a tener resultado alguno».

Pero esto no fue todo: se aseguraba que algunas de las preguntas estarían viciadas por la praxis a la hora de hacer la encuesta, que en algunos casos habría sido poco menos que mancomunada entre varios falleros. Algo para lo que el edil emplazó también a que se les facilitaran esos datos, que podrían suponer incluso la anulación de algunos de los tests. «En cualquier caso, terminamos la encuesta con mil opiniones que, para un censo de algo más de cuarenta mil, son unos parámetros excepcionales, muy poco usuales en las encuestas. Hay que recordar que hay barómetros a nivel nacional en el que se entrevista a dos mil para millones y millones de personas».