Por segundo año consecutivo las Rocas del Corpus saldrán a la calle con ornamentación floral tradicional para respetar el significado y la historia de cada una de ellas. Además, la Roca Diablera, que fue restaurada íntegramente el año pasado, estrenará este tipo de ornamentación, con flor seca procedente de Llíria, de color negro, como símbolo de la falta de luz, del maligno enemigo, de duelo y de la condena eterna. El resto de carros tendrán ornamentación de diferentes colores, que hasta el mandato anterior presentaban una solución con dos colores, la roca del Santo Cáliz sí continúa adornándose con los colores amarillo y blanco, símbolos de la fe, el trigo, la luz y la paloma del Espíritu Santo; la de la Inmaculada Concepción lleva flores azules y blancas, que representan lo celestial, puro y pulcro; la de la Virgen de los Desamparados tiene una parte de ornamentación en rojo, en referencia a la sangre de los santos inocentes y al amor místico, y otra en azul, blanco y rosa, colores propios de la Virgen y de la hermandad en referencia a la antigua Cofradía de la Virgen; las águilas portan plumajes con los colores amarillo, blanco y rojo, que representan la unión de las Iglesias de España y Roma; el águila de San Juan evangelista está adornada con flores rojas y verdes, al ser los colores que se asocian tradicionalmente al vestido del discípulo por la esperanza, el amor y la sangre.