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Operación

La Operación Paso del Estrecho empieza sin los servicios previstos

La autoridad portuaria ultima los trabajos para que las instalaciones estén disponibles el lunes

La Operación Paso del Estrecho empieza sin los servicios previstos

Ben Abdalla es saharaui, vive en Madrid, tiene 43 años y ayer esperaba, indignado, a que abrieran las taquillas de Eurolíneas Marítimas Balearia para comprar un billete para el ferry que salía por la tarde dirección al puerto argelino de Mostaganem. La naviera ya había vendido 220 pasajes por internet. En taquilla vendieron otros 200 en apenas tres horas. Y es que muchos usuarios prefieren comprar el billete en taquilla porque «sale más barato». Los viajeros afirmaban ayer que por internet, el billete más económico cuesta 297 euros. En taquilla, 207 (con turismo pequeño).

Sin embargo, los usuarios del ferry carecían ayer de servicios, a excepción de dos máquinas expendedoras (una de agua y otra de refrescos que, sin embargo, estaban medio vacías) y 15 váteres químicos. Y no dispondrán de nada más, al menos hasta el lunes, momento en el que la Autoridad Portuaria tiene previsto finalizar las «instalaciones dignas» que prometió y que se centran en la construcción de una caseta prefabricada para baños y duchas, una zona lúdica para niños, un área para prácticas religiosas y puestos de comida y bebida. Al parecer, la modificación del proyecto (para ampliar el mismo y dotarlo de una mayor infraestructura) ha demorado los trabajos «un par de días».

Los usuarios, sin embargo, llevan utilizando el ferry desde el mes de enero y acumulan críticas y quejas. «Lo que ocurre aquí, el trato que recibimos, la falta de servicios... es una característica de esta ruta porque no tiene nada que ver con los servicios de otros puertos como el de Alicante o el de Barcelona», explicaba ayer Ben Abdalla como portavoz de los usuarios del ferry.

«Nos sentimos maltratados»

Sus compañeros le explicaban las quejas y él, en perfecto español aprendido en los campos de refugiados de Tinduf, les servía de intérprete. Y es que, tras la exclusión del Puerto de València en la OPE 2017 por parte del Ministerio del Interior, la ruta carece de traductores, intérpretes o voluntarios de Cruz Roja. «Esto es una injusticia. Han subido el precio de los billetes un 15% desde hace un mes (de 190 a 207 euros). El trato en otros puertos es infinitamente mejor porque aquí solo se benefician de nosotros. Nos sentimos maltratados. Invertimos dinero en la zona pero si esto no mejora dejaremos de ser usuarios del Puerto de València», afirmaban ayer indignados.

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