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'Laboratorio de fabricación'

Benimaclet ya tiene su fábrica 'popular'

En esta asociación creativa se puede aprender a fabricar ideas o a reparar aquellos objetos que merecen una segunda vida

Benimaclet ya tiene su fábrica 'popular'

«Aprender haciendo». Ese es el lema del Laboratorio de Fabricación, un espacio nacido hace año y medio en Benimaclet en el que se trabaja por el empoderamiento y la democratización de la tecnología. Lo hacen poniendo a disposición de cualquier persona herramientas como impresoras 3D, una insoladora de serigrafía o una simple radial, para poder dar forma a esa idea que se puede tener en mente, o para conseguir reparar algo que parece imposible.

Pero sobre todo, aquí se entrega conocimiento, la llave para entender que la tecnología no es una cuestión de magia. El objetivo es aprender a fabricar o reparar, algo que en la sociedad del usar y tirar, de la compra compulsiva, ha quedado reducido a un grupo de manitas o la gente formada en este campo.

Este proyecto nació hace ya unos años en la cabeza de Miquel Cañada, un valenciano que estudió ingeniería y realizó el Erasmus en Holanda. «Allí conocí la impresión 3D y posteriormente en un máster en la UPV comencé con la idea de la fabricación social», cuenta. «Hoy en día la maquinaria para la fabricación está en el ámbito privado, sobre todo en los polígonos industriales. Si un estudiante tiene que hacer un trabajo y necesita de una maquinaria en lugar de acudir a las fábricas y pagar un precio elevado aquí puede hacerlo por mucho menos», añade. Pero no es solo eso, también es un paraíso para los curiosos, para quienes les encanta inventar, trastear con herramientas, cableado... Esta entidad es en un 90% un asociación y en un 10% un negocio, por la venta de máquinas inventadas que están desarrollando.

Es un espacio abierto que aborda el diseño, el reciclaje, la fabricación y la electrónica. Y todo ello bajo la premisa del código abierto, contando con maquinaria fabricable y mejorable por todo el mundo.

Laboratorio de barrio

Otro de los elementos indispensable de su filosofía es el movimiento local, el empoderamiento cercano de la comunidad, en este caso del barrio de Benimaclet. En el Laboratorio de Fabricación se puede acudir con una idea para desarrollarla, pero también se realizan talleres puntuales abiertos a todo el mundo. «Ahora mismo estamos trabajando en un proyecto de reducción de plástico», cuenta Miquel, quien explica que cuentan con una trituradora en la que meten plástico. «Luego con el mismo realizamos planchas o hilo por ejemplo para la impresora 3D. El plástico no es basura, es reutilizable».

Uno de los eventos en los que participan son encuentros periódicos en bares del barrio en el que los vecinos y vecinas acuden con cosas por reparar. Ellos les explican el cómo hacerlo, pero incide Miquel en que son los vecinos quienes se encargan de repararlo bajo su supervisión.

En el último de estos encuentros, la gente llevó desde una televisión, a una panificadora, un programador de aspersores, o un generador eléctrico. «Prácticamente se puede reparar todo», sentencia Miquel. Hace poco también realizaron un taller para iniciar a la gente, llevando sus portátiles, en la programación de pequeños robots.

Para ser socio del Laboratorio de Fabricación hay que pagar 30 euros al mes, aunque hay una cuota para estudiantes en paro de 20 euros. El local, situado en la calle Poeta Carles Salvador, abre de lunes a viernes, por las mañanas y la tardes.

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