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Entrevista

Fernando Giner: "El estilo Grezzi se ha instalado en la política del ayuntamiento"

«No se puede utilizar la ideología y la radicalidad para enfrentar a las personas», asegura el líder de Cs

Fernando Giner: "El estilo Grezzi se ha instalado en la política del ayuntamiento"

Fernando Giner desembarcó en la política de la mano de Ciudadanos porque cree que hay que trabajar por las personas. Eso fue hace dos años y transcurrido ese tiempo sigue pensando lo mismo. Es más, achaca al «tripartito» que no lo haga y opte por lo que él llama «ideología, radicalismo y confrontación». A su juicio, falta diálogo y consenso.

Usted es un hombre de empresa que desde hace dos años está en política. ¿Cómo está viviendo esta experiencia nueva?

Más que un hombre de empresa, yo me siento un hombre de sueños, de ideales, y no quiero renunciar a eso. Entre la empresa y el mundo de la política ha habido un nexo de unión que ha sido la Casa de la Caridad, donde he estado 24 años de voluntario. Cuando vi los comedores sociales llenos en los años 2013 y 2014 fue cuando decidí dar el salto a la política. Porque soy un nombre de sueños, pero también de acción, y si los sueños no los persigues se quedan en eso.

¿Y cree que desde el ayuntamiento se puede contribuir a esto?

¿A mejorar la vida de los demás? Por supuesto. La labor de un alcalde es hacer la vida más cómoda a los ciudadanos. No es otra. Y desde la oposición igual. Pero todos tenemos que trabajar. Esta es la verdadera cuestión de estado. Todos tenemos que llegar al máximo consenso.

Y con esa mentalidad, ¿qué balance hace de estos dos años de gobierno tripartito?

Que se ha instalado el «grezzismo» (en alusión al concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi) en la política municipal. Esa es mi conclusión. Se ha instalado una forma de gobernar desde la ideología y la radicalidad, buscando la confrontación, sin planificar y sin gestión. Por tanto, esto no puede ser un balance positivo. Me preocupa que no se aproveche la recuperación económica para la ciudad de València, que no exista gestión.

De todas formas, al final la ideología es lo que sostiene a los distintos proyectos políticos. La ideología es lo que hace que un gobierno actúe de una manera o de otra y eso es lo que votan las personas.

Pero estará de acuerdo en que lo que necesitan estos tiempos, a falta de mayorías absolutas, es llegar a acuerdos. Lo que no se puede hacer es imponer la ideología, lo que no se puede hacer es utilizar la ideología para enfrentar a los ciudadanos y lo que no se puede hacer es gobernar desde una postura radical. Y esto es lo que ocurre en Valencia. Yo hablo más de valores que de ideología. Lo que necesitamos en el siglo XXI son valores.

Me ha hablado antes de la mejora económica y de la pérdida de oportunidades...

En estos dos años, ¿cuántas veces ha estado en la agenda municipal un proyecto empresarial o económico?, ¿cuántas veces hemos estado hablando de algún proyecto que pueda beneficiar a la ciudad?

Alguno ha habido y no han salido adelante: el hotel-casino de la Marina, la Universidad Europea del Cabanyal...

Es que ni se les ha dado la oportunidad de escucharlos. Como no tenemos claro cuál es el proyecto de ciudad y se gobierna desde la ideología, no se están aprovechando las oportunidades que se presentan. Fíjate cómo están los países del norte de África en turismo y no lo estamos aprovechando.

Dos cuestiones básicas de la gestión del tripartito han sido la movilidad y la transparencia, pero ha habido dudas con las dos cosas.

Ribó, en su discurso de investidura, habló de las paredes de cristal, pero después de dos años tengo que decir que eso no es cierto. Están aumentando los contratos menores sin control de la Intervención y hay una falta total de diálogo con los grupos de la oposición. Yo le diría que entre ellos mismos, entre las propias concejalías, no saben lo que pasa unas con otras. No es que no haya paredes de cristal hacia el ciudadano, no es que no haya paredes de cristal hacia la oposición, es que entre las propias concejalías hay paredes de cemento, donde una no sabe lo que ocurre en la otra.

La movilidad...

Yo creo que se ha gestionado desde la improvisación y desde la ideología, buscando la confrontación. Y el enemigo a batir ha sido el vehículo, cuando a la mayoría de los valencianos nos gusta vivir cómodamente y la mayoría somos ciudadanos intermodales, que en ocasiones cogemos el coche, en otras el autobús, en otras la moto. Porque además de Valencia ciudad está el área metropolitana. Y allí necesitan desplazarse según sus necesidades. El anillo ciclista nos gusta, pero se han precipitado y no es seguro. La calle Colón es una calle estresada, donde habrá que analizar incluso los índices de contaminación.

Usted es un hombre muy de tradición, muy de España y muy de Iglesia. ¿Se ha sentido atacado en ese sentido?

Yo lo que creo es que Ribó no comprende nuestras tradiciones y no puede valorar lo que representan. Y el señor Ribó, que sólo tiene 9 de los 33 escaños, no va a ser, desde su ideología radical, quien ponga en jaque estas cosas. Lo malo es que eso lo puede hacer con sus nueve concejales porque tiene el apoyo del grupo socialista.

Hablemos de ustedes ¿Cómo valora su labor de oposición en estos dos años?

Hemos intentado apoyar al gobierno en todos los aspectos que son de estado municipal, pero también hemos sido muy críticos y por eso hemos presentado más de 200 mociones para mejorar la gestión de la ciudad.

Pero esa idea de querer estar bien con todo el mundo en política puede dar la sensación de perfil bajo. ¿Ustedes apuestan por ese modelo de oposición?

Ciudadanos siempre ha estado detrás del sentido común y siempre ha intentado buscar el acuerdo. Eso requiere de explicaciones y hay que explicarlo muy bien. Nadie puede decir que Ciudadanos no ha estado siempre en aquellos puntos de interés para las personas. Lo que pasa es que no hemos entrado en el «y tu más». Yo espero que el tono del grupo continúe en esa línea.

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