Segunda «visita oficial» del alcalde Joan Ribó a los pueblos de València. Tras su primera parada en Benimàmet, ayer el máximo responsable de la ciudad, acompañado por la concejala de Pobles de València, Consol Castillo, se sometió a una nueva asamblea abierta en Cases de Bàrcena, donde en un ambiente distendido escuchó atentamente las peticiones vecinales y sus inquietudes.

Unas 70 personas se reunieron alrededor de un almuerzo, celebrado en un restaurante de la localidad, y en el que las cuestiones urbanísticas fueron las grandes protagonistas, y es que los vecinos de Cases de Bàrcena explicaron al alcalde que sus hijos han de abandonar el pueblo porque no es posible construir nuevas viviendas en la pedanía, lo que unido a la falta de equipamientos, provoca un envejecimiento de la población. Este «éxodo» es un problema compartido por varios Pobles de València.

También se solicitó al alcalde que se alargue el autobús nocturno N2 hasta Cases, ya que la última parada se queda a solo 4 minutos de la población. Otra cuestión referida a la movilidad fue la petición para pacificar la Carretera Barcelona a su paso por el pueblo, ya que en el tramo no existe ningún badén que impida que los vehículos circulen a gran velocidad, sobre todo por las noches.

Antes de la asamblea con los vecinos, Ribó acudió las actuales instalaciones alquiladas de la Alcaldía de Cases de Bàrcena, donde comprobó las limitaciones, y posteriormente visitó el edificio que el Ayuntamiento de València va a comprar para destinarlo a la futura casa del pueblo.