Reordenar la Policía Local en lo que a unidades y efectivos se refiere tiene como objetivo final combatir los problemas de convivencia que hay en la ciudad. Anaïs Menguzzato explicó ayer que València es una ciudad segura en la que, sin embargo, se dan problemas de ruido, molestias, botellón etc., asuntos que preocupan a los vecinos.

Precisamente, la creación de la Unidad de Convivencia y Seguridad (UCOS) y la posibilidad de tener 20 patrullas más en las calles todos los días tiene como finalidad atacar esos problemas más directamente.

Un ejemplo claro es el botellón, que se combatirá desde la prevención y no solo deste la presencia policial sobrevenida. Según dijo la concejala, ahora los agentes estarán atentos a las zonas de botellón desde primera hora de la tarde para vigilar los puntos de venta de alcohol. Según dijo, hay un problema, por ejemplo, con las gasolineras que hay que atajar. Y en caso de detectar alguna infracción, actuar con contundencia.

Remodelación de áreas

Por otro lado, la remodelación de las áreas a cubrir por cada unidad persigue también concentrar efectivos y fuerzas en determinados barrios. La más clara afecta a la Unidad de Distrito número 7, la del Marítimo, que dejará de hacer servicio en la zona de las universidades para centrarse en el Cabanyal. En la denominada «zona cero» del barrio está previsto instalar, además, el retén policial que durante el verano presta servicio en el Paseo Marítimo.

Por otro lado, la Unidad de Tránsitos pierde Campanar y Benimàmet y se hace cargo de Orriols, un barrio donde los problemas de convivencia, sobre todo por okupación de pisos, son muy importantes.

Y finalmente, la unidad de Russafa potenciará su presencia en las pedanías del sur. Este verano, sin ir más lejos, se creará un retén de policía en la alcaldía del Perellonet. Se calcula que en estas fechas, la población de estas pedanías crece en 20.000 personas.