Igual que los Juegos Olímpicos albergan partidos de fútbol y preliminares de tiro con arco antes del acto de inauguración, la Gran Fira también echó a andar sin ser julio y sin haber celebrado su particular ceremonia. Que el sexto mes acabara en viernes era un llamamiento necesario a salir a la calle. y por eso, el primero de los conciertos de Viveros puso en marcha un entramado festivo en el que se ha incorporado prácticamente toda la oferta del mes, al que sólo una promoción masiva le permitirá tener más éxito de implantación. El año pasado, la cita fue rotunda y los ingredientes son lo suficientemente parecidos como para esperar que la sinergia de los diferentes motores (Ayuntamiento, Junta Central Fallera, Palau de la Música, Universitat, Diputación...) den a cada ciudadano tenga, por lo menos, una oportunidad para pasarlo bien.

Poco después de empezar el concierto de Viveros (Txarango) fue el turno de las Fallas, que fueron las que, hace un cuarto de siglo, empezaron a rellenar un programa ferial extremadamente pobre, cuando este evento languidecía ante la diáspora del ciudadano. Desde primeros de los noventa, las preselecciones a la corte de honor se celebran en estas fechas, lo que supone unos llenos garantizados. Es lo que hicieron Quatre Carreres, Mislata y, más lejos, en la sala Canal, Russafa B.

Ayer fue el estreno del nuevo secretario general, Ramón Estellés, en la elaboración de jurados y reconocía que, en busca de la imposible paridad (son cinco por preselección) estaba teniendo bastantes más problemas en encontrar jurados masculinos que femeninos. Ayer hubo 2-3 y 1-4 en favor de las féminas y combinó cortesanas de años anteriores con falleros de base, antiguos jurados de fallera mayor y algún presidente de Agrupación.

Fue también una noche especial no sólo para las candidatas, sino para las falleras vigentes, Raquel Alario, Clara Parejo y sus dos cortes, que empezaron a sentir la sensación de que el largo proceso de relevo acaba de empezar.

Llenazo en la plaza

Casi simultáneamente, la plaza del ayuntamiento acogió el primer ritual de inauguración: el encendido del letrero confeccionado por Ricardo Alcaide, el de las letras luminosas, que presidirá este espacio. Ayer lo hizo para albergar una plaza absolutamente abarrotada que asistió a la fórmula del cine karaoke.

La principal novedad de la inauguración este año de la Gran Fira de València será el pasacalle de nuevo cuño que se celebrará entre la plaza de la Reina y la plaza del Ayuntamiento.

La comitiva incluirá la figura de «Quiqueta», una gigante a la que la concejalía de cultura festiva ha recuperado como personaje que, a primeros del pasado siglo, apareció como ninot gigantesco en la misma plaza de la Reina, siendo rondada por «Nelet», formando una pareja de huertanos con unas dimensiones propias de una falla de Especial de las actuales. Quiqueta, sin embargo, hoy se levanta de la silla en la que fue inmortalizada y será movida por un figurante.

El pasacalle contará con la participación del grupo de teatro La Fam, seguido de Les Folies, que harán una recreación de los grupos de valencianos tradicionalmente asociados a la imagen de la Gran Fira, acompañando la Quiqueta. Cerrará el séquito la charanga Kriptonita, que animará la ciudadanía a sumarse a este pasacalle y a la inauguración de la Gran Fira.

Al llegar a la plaza del Ayuntamiento se hará la lectura del pregón, que este año correrá a cargo de la periodista Clara Castellò, una de las periodistas más conocidas por su trayectoria de 25 años en Televisión Valenciana y que a quien ya recurrió Pere Fuset como jurado de la corte mayor de 2016. La traca corrida permitirá rematar el anuncio de que hay 31 días sin freno.