Además de una novela emblemática de Blasco Ibáñez, La Barraca fue una compañía de teatro que, inspirada por García Lorca, llevó el arte dramático clásico a lugares de la España más profunda.

En el Siglo XXI no hay tanto aislamiento, pero las ciudades siempre tienen espacios de primera y de segunda clase. La tecnología también avanza y los repertorios también. Con un espíritu parecido, el de la trashumancia cultural, el Correfira se planteó el año pasado como una forma de llevar el sentido de la feria a cualquier lugar de la ciudad, pero especialmente a aquellos que siempre se habían quedado alejados de la misma, que son la gran mayoría.

Ese concepto tan manido, pero en esta ocasión bien aplicado, de la 'descentralización'. Hace tres cuartos de siglo, los camiones de La Barraca llegaban y montaban el escenario. Ahora, con el correfira simplemente se despliega. El vehículo desaparece literalmente y se convierte en escenario.

En los primeros días de la Fira ya se utilizó, tanto en el pregón y en el concierto de Xala2 en el Jardín de Ayora. Pero ayer inició lo que es uno de los objetos sociales: ir de lado a lado con dos actuaciones. Normalmente, entretenimiento y música. Ayer, por ejemplo, empezó con Piter Pardo y su particular mezcla de humor y magia y la Allegro Big Band.

"Como escenario está muy bien, es grande, interactivo... y no tienes que quitarte cinco horas montándolo. Me gusta actuar aquí. Y es llevar el humor a todas partes. De verdad, sólo le veo cosas positivas", dice el polifacético Pardo.

Aunque la clave es acertar con la selección de espacios. La concejalía hizo ostentación de esta idea y este año cambia algunos de sus espacios. Monteolivete, San Marcelino, la Fuensanta, Orriols, Borbotó, Benicalap... son lugares a los que acudirá.

Ayer, por ejemplo, estuvo en Senabre, cerca de la Creu Coberta. "Nunca sabes la respuesta que vas a tener. El año pasado, por ejemplo, en Campanar y en la plaza de Viriato literalmente reventamos. Y, sin embargo, en el Cabanyal pinchamos. Con eso nunca sabes" comentan los responsables del montaje. "Y no se deja nada al azar. Hay que mirar incluso la posición del sol". Ayer, varios cientos disfrutaron de la experiencia. La Fira concluyó su primer fin de semana repartida por diferentes espacios, incluyendo el habitual llenazo en la Plaza del Ayuntamiento, donde el cine karaoke completó su trilogía.