La decisión del Ayuntamiento de València de acabar con el aparcamiento nocturno en el carril bus se ha revelado como una decisión impopular. La Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu) ha realizado un sondeo a unos 500 usuarios y la conclusión es que el 70,6 % de los encuestados están en contra de esta medida.

Hasta ahora se conocía la posición beligerante de los comerciantes, que han iniciado incluso la recogida de firmas contra la medida, y la posición favorable de los taxistas o los colectivos de discapacitados. Pero no se había hecho un sondeo entre la población como el que ahora ha hecho Avacu.

Según esa encuesta, un 25,2 % sí que está a favor de la prohibición y, a mayor edad, aumenta el porcentaje de los que están en contra de esta decisión. En su conjunto, un 70,6% se opone.

El argumentario

Los argumentos de quienes están en contra de la prohibición de aparcar en el carril bus se centran en que «facilita el aparcamiento nocturno en barrios residenciales y facilita la movilidad de clientes en zonas de ocio, especialmente a los que viven alejados del centro y en pueblos limítrofes de València», dado que «las alternativas de transporte son escasas».

Los que sí están a favor de la prohibición dicen que «beneficia el uso del transporte público colectivo y hace que la ciudad sea más habitable», además de resaltar que supone un «respeto al carril bus».

Tras la implantación de esta normativa, un 47 % de los encuestados afirma haber modificado sus hábitos de ocio a la hora de salir por la noche, frente a un 48,3 % que afirma no haberlos alterado.

Por edades, los más jóvenes son los que más reconocen que les ha afectado esta decisión, ya que más de un 51 % de los jóvenes de entre 18 y 30 años asegura haber modificado sus hábitos al salir por la noche, mientras que en el grupo de mayor edad (mayores de 65), más de un 50 % reconoce no haberlo hecho.

De los que están a favor de esta medida, un 93 % afirma que no ha cambiado sus hábitos al salir por la noche, alegando que «sigo cogiendo el coche y aparco donde puedo» o «no cojo el coche, voy en taxi o en bus».

De los que están en contra, un 64 % ha modificado sus hábitos de ocio, ya que, según indican, hay pocas alternativas para ir a las zonas de esparcimiento. «Si ya era difícil aparcar, ahora más, así que voy menos al centro y salgo por otras zonas donde pueda aparcar fácil y gratuito» o «he reducido mis salidas nocturnas», dicen los afectados.