Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La fábrica del ratón Pérez está en el Botànic

La visita es una mezcla de exposición, cuentacuentos y obra de teatro participativa -Los colegios que acuden cuentan con talleres pedagógicos

La fábrica del ratón Pérez está en el Botànic

Si un pequeño les pregunta sobre el ratón Pérez ya le pueden decir dónde está la fábrica en la cual sus dientes se convierten en piedras preciosas. La Factoría del Ratón Pérez, situada en la calle Borrull, en el barrio del Botànic, abrió sus puertas en mayo de la mano de Vicent Vila, exgerente del Escalante, Paula Salinas y Rosa Barberá. Todos ellos vinculados al mundo del teatro y las artes plásticas, dieron forma a este curioso proyecto que está teniendo muy buena acogida.

Vila imaginó un nuevo proyecto cultural y pedagógico para los más pequeños: en diciembre el ratón Pérez se puso en contacto con ellos para que recogieran en la calle Borrull un tubo lleno de documentos que explicaban cómo debían levantar la fábrica y ponerla en funcionamiento.

Así, la Factoría del Ratón Pérez reciben la visita de los niños y niñas que aprenden cómo recoge el ratón con su equipo los dientes de todos los hogares del mundo, como los trasforman en piedras preciosas y cómo a través de la acequia de Na Rovella se dirigen hasta el entorno del Mercado Central para venderlos a los joyeros. De ahí sacan los roedores sus ingresos para compensar a los niños y niñas la entrega de sus piezas dentales.

De cuatro a diez años

Como explica Paula Salinas, "la visita tiene una hora de duración y está guiada por una actriz. Es un espacio dedicado al público infantil (de 4 a 10 años), familiar y escolar, que está mitad de camino entre las artes plásticas y dramáticas". Es una especie de cuentacuentos a lo largo de un escenario, una obra de teatro viva y participativa en la que los pequeños ven un tren eléctrico que recorre la muestra, trayendo los dientes de unas partes del mundo.

Otros llegan por tubos hasta la maquinaria, que procesa y separa las piezas dentales. Los más estropeados acaban siendo destinados a la fabricación de asfalto, otros se blanquean... La visita también pasa por una pequeña ciudad en miniatura, donde según Paula, viven y descansan los ratones , y por una biblioteca especializada en roedores.

"Queríamos llevar a cabo un proyecto que no fuese por ejemplo una simple ludoteca", cuenta Paula, quien añade que cuando acuden grupos escolares la visita finaliza con unos talleres pedagógicos que se adaptan a las edades.

Sobre la acogida de la iniciativa explica que "nos ha sorprendido lo bien que está yendo ya que abrimos en mayo y sabíamos que ahora iba a ser mala época por el verano, pero cuál ha sido nuestra sorpresa que nos sobrepasan las visitas".

La fábrica está en el número 16 de la calle Borrull y hay que reservar para hacer la visita.

Compartir el artículo

stats