Diecinueve minutos de espectáculo, con apenas unos segundos de respiro en cada una de sus cuatro partes para diferenciarlas claramente, han compuesto la Ola de Luz Mediterráneo, el espectáculo piromusical que ha conseguido entusiasmar a los miles de espectadores que han asistido a la Nit a la Mar y que ha tenido con este espectáculo su momento culminante.

El disparo supuso descubrir para el gran público un tipo de pirotecnia a la que está poco acostumbrada: combinar el estallido de las carcasas con el ritmo de la música. Una combinación que, con el repertorio escogido (músicas de cantantes valencianos, más pop y rock internacional), alcanzó momentos de perfección absoluta. La sinonimia entre la percusión y los estallidos fue uno de los momentos más celebrados.

A pesar de, tal como decía Ricardo Caballer, no emplear calibres grandes, el disparo pudo verse perfectamente desde poblaciones como Cullera.

El éxito del emplazamiento hace prever que el disparo se quede como permanente en los festejos de la Gran Fira, aunque queda por delante la labor de pedagogía para incitar a que aún más público acuda a contemplarlo.