El último encontronazo entre ediles del Govern de la Nau tuvo ayer una rápida respuesta por parte de la oposición. Tanto el Partido Popular como Ciudadanos criticaron que los «enfrentamientos públicos» entre concejales «demuestran el caos en el tripartito» del alcalde, Joan Ribó. Fernando Giner se pronunciaba así después de que la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato (PSPV) afirmara, en una entrevista con la Agencia EFE, que el edil de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi (Compromís), «no puede marcar la agenda de la Policía Local», y de que Grezzi calificara esas declaraciones de «sorprendentes, gratuitas y desafortunadas» poco después en su cuenta social.

Giner insistía ayer en que el alcalde «está inactivo». «Debería haber solucionado los problemas internos del tripartito antes de que perjudicaran a los valencianos. Mientras tanto, el PSOE es el cómplice necesario del desgobierno que campa en el Ayuntamiento», manifestaba.

Giner citaba otros «frentes que tiene abiertos Ribó: InnDEA está descabezada y de ella depende inversiones tan importantes como la rehabilitación del Cabanyal. Las bases de Podemos han asaltado el ayuntamiento. Ribó ha dado el visto bueno para que decidan quién debe dirigir cada área del Ayuntamiento», para criticar también la política de Pere Fuset en Cultura Festiva. «Los departamentos estancos que provocan duplicidades y generan más gasto son el origen de la crisis de gobierno del tripartito», incidía.

En la misma línea se expresaba Félix Crespo, quien calificaba de «bochornoso» el «enfrentamiento Menguzzato-Grezzi, una nueva guerra interna en el tripartito cuyas consecuencias pagan los valencianos». Y fue más lejos, al criticar a Joan Calabuig y a Sandra Gómez. «No les importaron las consecuencias nocivas para los valencianos que tendría este pacto: tragaron y accedieron a ser marionetas de Ribó». El presidente de la gestora del PP, Luis Santamaría, también censuraba ayer lo sucedido y lamentaba que en vez de resolver los problemas de la ciudad los ediles estén «centrados ya en hacer electoralismo».