Los arquitectos encargados de redactar el plan especial de protección del Cabanyal, que sustituirá al derogado plan de la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, informarán esta tarde, junto con el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, a los vecinos del barrio de las líneas maestras de un documento que ha de regir, al menos durante la próxima década, el urbanismo de este antiguo barrio marinero. El nuevo plan especial prolongará el Cabanyal hasta el mar sin necesidad de abrir una gran avenida. Lo hará a través de los solares vacíos generados por los derribos impulsados por el anterior gobierno del PP, entre ellos el suelo reservado en Doctor Lluch para el túnel del acceso norte del puerto de València (que ahora se elimina) y que se reconvertirá en una gran zona verde y dotacional.

El ámbito de este plan es más amplio que el anterior Pepri y se extiende hasta el paseo marítimo, con lo cual se reformularán ámbitos atascados como el famoso PAI de las piscinas olímpicas, un proyecto descartado por el Govern de la Nau que se reformulará para recuperar, en la medida de lo posible, las volumetrías de las casas de tipología indiana que algunos arquitectos bautizaron como «el Malecón del paseo Neptuno», derribadas en su día para dar paso al complejo de las piscinas. La idea es que las parcelas recuperen el uso residencial, con viviendas de menos alturas de las previstas hasta ahora, aunque respetando el aprovechamiento urbanístico que se asignó en su día, que incorporen criterios de eficiencia energética, ventilación cruzada, grandes patios interiores y una arquitectura que fomente la vida en la calle.

El Cabanyal será con la nueva ordenación urbanística que ahora empezará a definirse «el rostro que València ofrecerá al mar», explicó ayer Tato Herrero, integrante junto con Luis Casado y Gerardo Roger del equipo redactor del plan especial.

El plan incluirá un proceso de participación ciudadana y un análisis DAFO de las oportunidades y amenazas del barrio, entre estas ultimas los apartamentos turísticos, un fenómeno que empieza a preocupar en el barrio. El plan dará prioridad a los usos residenciales y ordenará los apartamentos turísticos aprovechando la experiencia de otras ciudades, apuntó Herrero.

La conexión del Cabanyal será sobre todo peatonal, a través de las travesías y la trama reticular característica de este barrio de arquitectura modernista popular que le hizo, en su día, merecedor de ser declarado Bien de Interés Cultural. «Todas las travesías concterán la avenida de Serrería con el mar». A falta de una mayor definición en colaboración con la Concejalía de Movilidad Sostenible, el tráfico rodado se canalizará a través de los ejes de la avenida Mediterráneo, Remonta y Pintor Ferrandis.

El nuevo plan sin derribos tiene como objetivo «proteger el patrimonio, sin impedir la regeneración del barrio y que los vecinos puedan asumir la rehabilitación de sus casas, y al mismo tiempo producir patrimonio». Para ello se van a definir al menos dos grandes ejes culturales y patrimoniales, uno en el centro histórico y otro alrededor del triángulo patrimonial que forman la Lonja de pescadores, la Casa dels Bous, la fábrica de hielo y las antiguas casas de pescadores de Pavimar.