La redacción del nuevo plan especial del Cabanyal (PEC) echa a andar con varias premisas de partida: coser el barrio con la ciudad y con el mar, recuperar vecinos y vida en la calle e impulsar la regeneracion del patrimonio y la movilidad sostenible y peatonal . Se trata de un plan que, a diferencia del derogado por expoliador Pepri, abarca todo el barrio y llega hasta la fachada marítima y el paseo marítimo.

El nuevo plan penetra en la Marina Real Juan Carlos I y en el final de Blasco Ibáñez y se extiende hasta la avenida de Serrería. «Son zonas de influencia que soportan un intenso tráfico y que es necesario pacificar para facilitar la movilidad y las conexiones con el Cabanyal» . Así lo explicó ayer a Levante-EMV el arquitecto y urbanista Luis Casado, miembro junto con Tato Herrero y Gregorio Roger del equipo redactor del plan que sentará a partir de ahora las bases del urbanismo en esta barrio marinero de arquitectura modernista popular, declarado Bien de Interés Cultural. Los tres arquitectos presentaron ayer las líneas maestras del plan a los vecinos en el Teatro el Musical. Y es que los vecinos, sus necesidades, problemas y propuestas serán parte activa del plan.

Evitar la tematización

El Paseo Marítimo también tendrá un tratamiento especial dentro del plan del Cabanyal. Los arquitectos abogan por quitar dureza al paseo, que funciona como una autopista urbana, reducir el tráfico, rebajar bordillos de aceras y flexibilizar usos como el sopar a la fresca, una costumbre muy extendida pero que las ordenanzas municipales curiosamente no permiten.

Los arquitectos explicaron ayer a los vecinos que el gran reto del PEC es convertirlo en un instrumento útil para el barrio, que facilite la rehabilitación del patrimonio, muy degradado tras años de abandono y enfrentamiento por el plan de la prolongación de Blasco Ibáñez (Pepri). El Cabanyal, aseguran los arquitectos, «debe ser un barrio vivo y para vivir, evitando en lo posible la tematización y la turistificación del mismo». La idea es que el Cabanyal siga siendo un barrio diverso, en edificios y personas, afirman los redactores del plan. «El Cabanyal debe transformarse según sus propias reglas de evolución, sin perder aquello que lo ha hecho reconocible y valioso».

Los arquitectos son conscientes del problema de convivencia, por situaciones como la venta de droga y la okupación de viviendas, que hay en el barrio y que los vecinos no paran de denunciar. Sin embargo, sostienen que se trata de una zona muy acotada, la denominada zona cero, donde se debe actuar en varios frentes. El plan especial viene, en este sentido, a completar otros planes de regeneración del barrio que ya están en marcha como la Edusi, que incluye varias dotaciones fundamentales para el barrio y que está cofinanciada por Bruselas, el Area de Regeneración Urbana con ayudas para la rehabilitación de las viviendas y el plan de inversión productiva (anterior plan Confianza) que prevé varias inversión en mejoras urbanísticas. La prioridad, destacó Luis Casado van a ser las dotaciones previstas en los solares ubicados entre Serrería, San Pedro y Blasco Ibáñez, donde se barajó la ubicación de la Universidad Europea, y donde tal como avanzó este diario se van a construir la escoleta, un centro cívico y un centro de día para mayores «Su desarrollo es prioritario porque los fondos estructurales tienen unos plazos», recordó Casado.

El nuevo plan especial sin derribos aboga, en definitiva, por prolongar el Cabanyal hasta el mar a través de las travesías del centro histórico, declarado Bien de Interés Cultural. Los arquitecos consideran que esta zona, de calles estrechas y casas bajas, debe quedar en su mayor parte libres de coches.