El concurso de la plaza de la Reina ha tropezado con dos recursos administrativos, el primero interpuesto por los arquitectos Miguel del Rey, Antonio Gallud e Íñigo Magro, autores del proyecto ganador del diseño que ha servido de base para el concurso y que han sido eliminados tras una primera adjudicación provisional. El otro recurso, lo ha presentado la ingeniería TES, que quedó descartada por baja económica temeraria y que ha recurrido el acuerdo del ayuntamiento que desestima su justificación de baja temeraria, un recurso en el que además involucra al despacho de Del Rey, quien ha descartado en todo caso llegar a la vía judicial. La ingeniería TES no respondió ayer a las llamadas de este diario para conocer hasta donde piensa llevar su reclamación.

El enredo de recursos no preocupa al concejal de la Gobierno Interior, Sergi Campillo, quien aseguró que «se están estudiando» para resolverlos lo antes posible, advirtiendo de que no paralizan el proceso. De hecho, entre hoy y mañana está prevista la formalización de la adjudicación del proyecto de reurbanización de la plaza de la Reina a José María Tomás y Antonio Escario, cuya propuesta fue la segunda mejor valorada. El ayuntamiento no ve necesario suspender el procedimiento porque se resolverá en poco tiempo. Los servicios jurídicos ya han dejado claro que no se podía adjudicar el proyecto a la UTE de Miguel del Rey porque «no era la misma empresa que se se presentó al concurso».

Tal como ha publicado este diario, el ayuntamiento descartó la propuesta del Rey en la fase de requerimiento tras comprobar que una de las ingenierías que se presentaba en UTE con los arquitectos había entrado en concurso de acreedores y no estaba garantizada la solvencia económica. El equipo de Del Rey dio entrada a otra consultora para completar la UTE, si bien el ayuntamiento no aceptó la propuesta. Para los recurrentes, sin embargo, el concurso ha sido un «despropósito» desde el principio. Aseguran que se les ha eliminado del proyecto por «un tema menor», y apuntan en su recurso que existe jurisprudencia que avala su estrategia para mantener no perder el contrato y que permite, una vez adjudicado el proyecto, dar entrada a otras empresas para justificar la solvencia económica. «No hemos cometido ninguna ilegalidad», añadió ayer el arquitecto Íñigo Magro. En su recurso los arquitectos aseguran que el ayuntamiento ha incumplido el pliego de condiciones al tardar tres meses en resolver un concurso de méritos que el comité de expertos debía despejar en diez días. «El retraso nos ha arrastrado a todos; el proyecto ya podría estar en marcha». El diseño de del Rey, Íñigo Magro y Antonio Gallud para la plaza de la Reina ganó en 1999 un concurso convocado por el Colegio de Arquitectos de la Comunitat con un jurado de nivel, entre cuyos profesionales se encontraba el Pritzker, Rafael Moneo.