Los municipios afectados por las obras del paso inferior de la V-30 en Xirivella calificaban ayer el anuncio de Fomento de «improvisación absoluta» y de trazar un plan sin consensuarlo con las ciudades afectadas por los desvíos de tráfico. El concejal de Mobilitat Sostenible del Ayuntamiento de València, Giuseppe Grezzi, advertía que desde el Ministerio de Fomento nadie les ha solicitado autorización para diseñar las variantes previstas que afectan a las avenidas del Cid y Tres Cruces, y al camino viejo de Picanya y que teme que deriven en «atascos».

«Hay que recordarle a Fomento que los vehículos pesados, superiores a las 9 toneladas, tienen prohibida su circulación por la ciudad. El ministerio no ha pedido ninguna autorización o excepción, ni tampoco ningún informe. Tan solo unos carteles en la avenida del Cid para informar del desvío del tráfico. No se puede plantear una actuación sin ninguna reunión de coordinación previa», lamentó el máximo responsable de la circulación de vehículos en València.

Grezzi acusó al Gobierno Central de tratar a València «como el último mono». «Lamentamos una vez más los retrasos de más de 10 años en la ejecución de esta obra, y también su inexplicable paralización en el último año. Como siempre desde el Gobierno Central nos tratan como el último mono», señaló el concejal de Mobilitat Sostenible.

«Además -continuó el edil de Compromís- es triste que ninguna persona del Ministerio de Fomento se haya puesto en contacto con el Gobierno municipal o con este concejal para dar a conocer los detalles de la actuación y las consecuencias por el desvío del tráfico». Grezzi lamentó que este tipo de situaciones se están dando «como consecuencia de que Rajoy tome las decisiones desde el palco del Bernabeu y no pensando en las necesidades de los valencianos».

Mientras, el alcalde de Mislata Carlos Fernández Bielsa, anunciaba que si no se da «una solución pactada a una obra de tanta envergadura, el ministerio tendrá respuesta». «En Mislata nos hemos enterado por la prensa, no ha habido ningún tipo de consulta de coordinación», manifestaba la primera autoridad municipal, visiblemente molesto por lo que calificaba de «política de hechos consumados». «Por desgracia conocemos y sufrimos este despotismo del gobierno de Madrid, esta forma de actuar», apuntaba, para incidir en la grave afectación que las obras tendrán sobre el núcleo urbano de Mislata. «Hablan de seis meses de obras sobre una zona muy castigada ya por el tráfico, por lo que exigimos una reunión con los responsables de Fomento antes de que empiecen los desvíos.

«Una vez más se pretende hacer las cosas sin contar con los verdaderos afectados, que somos los municipios por donde discurre la V-30, es indignante, aunque no es nuevo para nosotros», reiteraba el socialista Fernández Bielsa. El alcalde de Mislata y presidente de la Mancomunidad de l´Horta, ya se sumó hace unos meses al alcalde de Valencia, Joan Ribó, contra el proyecto de ampliación de la V-30 y contra el que se presentaron una treintena de alegaciones. Bielsa calificaba entonces de «anticuada e insostenible» esta ampliación, que «no tiene en cuenta a los peatones ni a las bicis» y advirtió de que se opondrán «a cualquier proyecto que venga impuesto desde un despacho de Madrid» y que no sea fruto del «consenso». «Si su proyecto es hacer más carriles en la V-30 es que no saben nada», recalcaba Bielsa quien invitó a los nuevos responsables del Ministerio de Fomento a visitar l´Horta para conocer sus problemas de movilidad.

La alcaldesa de Quart de Poblet, Carmen Martínez, recordaba que se trata de «una obra necesaria» para su población y largamente «reivindicada» por ella. «Está claro que generará molestias y que nos afectará en cuanto al tráfico pero colaboraremos en todo lo que sea posible para que las consecuencias sean las menores», razonaba. Martínez,además, ironizaba con el plazo fijado por Fomento para su finalización. «Ya firmaríamos para que acabaran en seis meses», dijo.

Xirivella reclama una rotonda provisional y mejor señalización

Donde sí estaban informados de que las obras eran inminentes era en Xirivella. Su alcalde, Ricard Barberá (Compromís), desvelaba ayer que ya hubo una reunión la semana pasada con Demarcación de Carreteras, a la que acudió la Policía Local y el ingeniero de Obras Públicas del consistorio. Entre otras medidas para minimizar el impacto de las obras, que dejaran a Xirivella con un único acceso, el ayuntamiento pidió que se habilitara una rotonda provisional para evitar la entrada de camiones por la actual, con un peralte muy acusado y que provoca continuos vuelcos del tráfico de mayor tonelaje. «La respuesta de Demarcación fue que se estudiaría el tema». La Guardia Civil, presente en la reunión, planteó incluso la posibilidad de colocar puntos semafóricos. «Nosotros pedimos una mejor señalización y cualquier solución que evite la aproximación de camiones al casco urbano», insistía Barberá, consciente del problema que se les viene encima.