Hace unos meses aparecieron «clicks» en las fachadas de algunos edificios de València. El juguete favorito de millones de niños y niñas comenzó a colonizar el corazón del «cap i casal». No era la figura estandarizada que comercializa la multinacional Playmobil -los más viejos del lugar también recordarán Famobil, la licencia española con la que contaba Famosa-, sino reproducciones de unos 20 centímetros pegadas a las paredes. ¿Era una acción de mercadotecnia de la compañía? ¿O acaso alguien trataba de transmitir algún mensaje? El enigma se resolvió en Instagram, la red social de mayor crecimiento y en la que Victin comenzó a postear sus creaciones. En realidad se llama Víctor, tiene 23 años, y sueña con que sus pequeñas intervenciones artísticas se conviertan en un icono reconocible de su incipiente carrera artística.
Victin es el chico que ha realizado ya diez intervenciones artísticas en València con esculturas de Playmobil, además de dejar su sello también en París. Pensó que una figura tan reconocible como un «click» sería un aliado perfecto para dar a conocer su obra artística. «Desde pequeño siempre he pintado; hice Bachiller de artes y ahora estoy terminando la carrera de diseño gráfico, aunque me gustaría también hacer Bellas Artes. Comencé a pintar óleos, también grafitis y ahora estoy más centrado en la escultura. Lo de los Playmobil surgió porque ha sido mi juguete favorito de toda la vida y pensé que usarlos me ayudaría a tener más visibilidad», explica a este periódico.
Víctor asegura que el Playmobil es una figura «que te permite desarrollar la historia que quieras con él. En sí el muñeco no dice nada, pero da pie al ingenio y la creatividad, y eso es lo que me gustó siempre, porque jugar con él era crear nuevas historias», señala este joven que lleva dos años afincado en València.
Sus Playmobil de pared son piezas únicas. Hace un año comenzó a trabajar en los primeros prototipos, los imprimía en 3D y los modelaba. Cuando consiguió el resultado que deseaba creó su primer molde, lo pulió y pintó, y con la ayuda de un amigo que lo sujetaba a hombros, lo pegó en enero en el Carrer dels Teixidors. Lo bautizó como «Circus». Más tarde continuó creando historias y personajes, como «Charlie Brown» que está en la calle Don Juan de Austria, «Inked» o «Chucky», que preside el portal número 4 de la calle En Colom, en Ciutat Vella.
El éxito de sus intervenciones de arte urbano han provocado que muchas personas hayan arrancado sus Playmobil para llevárselos a casa -a pesar de estar colocados a 3 o 4 metros de altura-, por lo que de las 10 figuras que había en València, solo quedan dos intactas (en Don Juan de Austria y En Colom), mientras que el resto han sido mutiladas en su gran mayoría. «Están hechas de cemento blanco, por lo si intentas quitarlas se rompen», explica Victin, que considera que el éxito de su iniciativa se debe a que a la mayoría de la gente «no le molestan y los encuentra divertidos». «Los pongo en fachadas viejas y en lugares que no están protegidos o tienen cierto valor. No se trata de fastidiar, sino de exhibir la obra en la calle porque te da visibilidad», insiste.
Victin asegura que la calle «es el mejor escaparate» de su obra y sueña con poder vivir algún día de sus trabajos: «En España está complicado ser artista urbano, pero en otros países europeos se valora y muchos viven de ello. Ya estoy con otros proyectos porque los clicks son solo una parte de mi trabajo».
