El Ayuntamiento de València ha empezado la instalación de la seguridad pasiva de la ciudad con el blindaje, mediante grandes maceteros, de la Plaza de la Virgen, la calle Navellos y la Plaza de la Reina. Su previsión, no obstante, es hacer lo propio en la calle Rivera y estudia soluciones similares para una docena de calles y avenidas de toda la ciudad, incluido el paseo marítimo.

El nuevo modelo de atentado utilizado por el terrorismo yihadista, basado en el atropello masivo de viandantes en zonas turísticas o comerciales muy concurridas, ha obligado a reforzar la seguridad de estas zonas con barreras que impidan el paso de vehículos. El alcalde de València, Joan Ribó, explicó ayer que se está trabajando «codo a codo» con las Fuerzas de Seguridad del Estado y en estos momentos se centran los estudios en «una docena» de calles de la ciudad.

Ribó recordó que antes de proceder a cerrar una calle hay que estudiar la afección a los servicios de emergencia, la carga y descarga y la entrada a los aparcamientos privados. Por ello, está previsto hablar con los comerciantes y con otros sectores que pudieran verse afectados.

El primer punto que se ha blindado ha sido la Plaza de la Virgen, lugar emblemático del turismo y espacio libre de esas cargas. Vehículos municipales colocaron a última hora de la mañana de ayer grandes maceteros en los accesos por la calle Caballeros y Navellos. Estas medidas pasivas se ampliaron, así mismo, a la Plaza de la Reina, donde se cortó el acceso a la zona de terrazas, y hoy podría continuar en la calle Rivera y las calles comerciales del centro. Según fuentes municipales, la previsión es replegar todos los maceteros posibles de los parques de la ciudad y trasladarlos a estos puntos a lo largo de la semana.

El gran problema se plantea en el Paseo Marítimo, añadieron las fuentes, ya que es un espacio «abierto por todos sus lados» que no se puede cerrar con maceteros. Se baraja, por tanto, la posibilidad de colocar grandes barreras de hormigón de mil kilos de peso para cortar todos los accesos o al menos impedir que quede abierto un tramo de gran longitud como ocurrió en las Ramblas.

Finalmente, el ayuntamiento baraja la posibilidad de seguir potenciando la seguridad a medio y largo plazo con la instalación selectiva de bolardos móviles, aunque esto ya necesitaría de un estudio más amplio y una licitación del proyecto.

Joan Ribó aseguró ayer que todas las medidas se adoptarán conjuntamente con la Policía Nacional y «sin ocurrencias». Y en todo caso, recordó que la seguridad nunca puede ser total.