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Reportaje

'La veu de la ciutat', historia de dos siglos en València

Una exposición en el Museo de Historia recoge los edictos y 'crides' del gobierno municipal

'La veu de la ciutat', historia de dos siglos en València

'La veu de la ciutat' de València está más viva y cerca que nunca. Una exposición temporal en el Museo de Historia de València acoge dos siglos de historia a través de los bandos en papel que comenzaron a imprimirse en el siglo XIX. "Una documentación que describe de una manera muy cuidadosa la realidad de la ciudad en los distintos momentos históricos", indicó la concejala de Recursos Culturales, Gloria Tello.

Este gran catálogo de bandos ha sido posible por la colaboración del Museo de Historia de València, además del apoyo del Archivo Histórico, el Museo de la Ciudad, el Palacio de Cervellón o el Siam, que ofrecen al visitante un trabajo de "excelente calidad", señaló Tello.

'La veu de la ciutat' que incluye desde pregones de mediados del siglo XVI hasta los bandos del XIX en adelante, "es una radiografía de la época y una muestra importante de comunicación en la historia de València", apuntó Tello. Los ciudadanos del entrado siglo XXI pueden ahora releer los bandos y con ellos asomarse sin temor dos siglos atrás. Un verdadero paseo por la ciudad e historia de València que recoge los acontecimientos y transformaciones que han sucedido desde 1800 hasta la actualidad.

Para València los bandos fueron la principal herramienta de comunicación que poseía el ayuntamiento para informar, anunciar, prevenir o recordar el cumplimiento de las cuestiones cotidianas de régimen municipal. Los papeles se exponían en las paredes del consistorio o en el centro de la ciudad y fueron aumentando de tamaño con el paso del tiempo. Los ciudadanos tan solo tenían que escuchar los bandos o leerlos para conocer desde cuestiones de Estado hasta disputas políticas; normas, conductas de religión y moral o glorias y tristezas compartidas por toda la ciudad.

En 1802, la alta sociedad de València trataba de imitar los modelos de la Corte. Ver y dejarse ver en tertulias además de poseer una calesa eran signos de distinción. De esta manera, el general del reino de València, Cayetano de Urbina, hizo saber a los ciudadanos las normas de circulación que debían cumplir para conducir una calesa. Nada de ir al trote ni corriendo, ir al paso era la norma determinada por el intendente. Además de cárcel y 6 meses de trabajos en obras públicas si el cochero atropellaba a una persona.

La leche fue durante toda la historia uno de los alimentos más preciados que se reservaba a los niños o ancianos. En las últimas décadas del siglo XIX su consumo llegó a normalizarse y cada vez más personas tenían acceso a este producto. València, como otras muchas ciudades, se acogió a esta gran demanda y aumentó el número de vaquerías. Desde la actualidad sorprende cómo los vendedores acudían acompañados de su vaca lechera a la ciudad y en medio de las calle, como en un mercado improvisado, ordeñaban in situ las ubres del animal para extraer la leche.

Los bandos también han sido durante siglos elementos identitarios que refuerzan la idiosincrasia de una ciudad y su sociedad. Los pregones sobre San Josep, la Virgen de los Desamparados o incluso la normatividad de festividades como el Corpus, han reflejado la evolución de la tradición e historia de la ciudad de València.

Sobre los globos aerostáticos

A mediados del siglo XIX, una de las diversiones de la sociedad valenciana fue acudir a las exhibiciones de globos aerostáticos. El acróbata se despedía del público de forma comediosa y después ascendía mientras hacía contorsiones colgado del globo con una cuerda de seguridad. Debido a la peligrosidad de la práctica, el Ayuntamiento de Valéncia prohibió elevar globos aerostáticos. Así lo anunciaba un bando en 1856: "(...) resuelto a no tolerarlo por más tiempo, me veo en la necesidad de recordar lo dispuesto en el artículo 85 del bando general de buen gobierno, por el cual se prohíbe esta clase de diversiones", notificó el alcalde de València, José Peris.

En uno de los bandos que se pueden visitar en las vitrinas del Museo de Historia de Valencia, Juan Piñol y Verges, alcalde del Ayuntamiento de Valencia, anunciaba el establecimiento del sistema métrico-decimal en el año 1970. Una muestra total del auge que tuvo la ciudad de la Renaixença. Además de los bandos formales y reglamentarios desde el punto de vista administrativo, también el ayuntamiento informaba de la prohibición del baño en el río Túria o en las playas sin la indumentaria necesaria.

La inmersión tuvo que normativizarse, ya que muchos jóvenes y adultos al bañarse producían "escenas inmorales por su desnudez o escasez de traje", según decretaba el bando.

E l bosque de la Devesa, que forma parte del Parc Natural de la Albufera y además, es considerada una franja arenosa de gran riqueza medioambiental para la Comunitat, originariamente formaba parte del patrimonio real. En 1911 se promulgó la ley que transefería la propiedad a la ciudad de València y con ello comenzó la degradación de la zona, en plena etapa desarrollista. Uno de los bandos que recoge 'La veu de la ciutat', informa de esta manera que "como consecuencia de la urbanización, la Devesa se encuentra en condiciones graves de degradación".

La llegada de la República en el año 1931 llevó a que muchos valencianos saliesen a las calles para demostrar su alegría desbordada. La bandera tricolor y la Señera se izaron conjuntamente en el balcón del Ayuntamiento ante el entusiasmo de los vecinos. Debido al aumento de manifestaciones el Ayuntamiento de València publicó en un bando el cese "inmediatamente de las manifestaciones en las calles", ya que la República ya se había instalado y estas, no eran necesarias.

Actualmente los bandos son un mero transmisor de ordenanzas y desde la transición tan solo se utilizan en fechas muy concretas como el censo electoral, las fallas o los mercados navideños. Las redes sociales y la página web del Ayuntamiento de València transmiten a los ciudadanos de manera inmediata cualquier ordenanza o noticia de última hora.

'La veu de la ciutat' es como indicó la Concejala de Patrimonio histórico y Artístico, Gloria Tello, "una joya histórica" que da cuenta de la tradición, los festejos, las normas y el ambiente que se respiraba en la València de hace dos siglos.

Los bandos, una 'crida' al pueblo valenciano

'Crida' es el nombre que recibe tradicionalmente en valenciano, «la publicación en voz alta de comunicaciones de interés para los vecinos y vecinas de una población, hecha por un oficial público, y precedida de un toque de trompeta, o por escrito por la autoridad competente». Por otro lado, «Ban» está documentado desde muy antiguo en valenciano en el sentido de «proclamación de carácter prohibitivo o sancionador», en cambio «pregó» viene del término castellano pregón.

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