El proyecto de «dinamización comercial, mejora del espacio, relación con el entorno urbano y desarrollo de usos ciudadanos y turísticos» que Bruselas iba a cofinanciar con el Consorcio València 2007, con una inversión total de 363.000 euros, y que ahora peligra contempla cinco líneas de actuación. Los ejes son la mejora del paisaje urbano y la identidad de la marina, la mejora de la accesibilidad ciclo-peatonal, la gestión eficiente del tráfico rodado, la eficiencia energética y la innovación para el impulso del comercio.

Entre las actuaciones concretas que se iban a empezar a acometer con estas ayudas se incluyen la mejora de las conexiones del carril-bici; la eliminación de carriles de tráfico para ganar espacio para el peatón (se calcula que tres hectáreas); la señalización de las plazas de aparcamiento en superficie y su puesta al cobro; generar itinerarios ciclopeatonales con zonas de sombra y de descanso; la peatonalización «ligera» (con prioridad para el peatón pero sin un cierre total al tráfico) del entorno del Tinglado 2, así como la instalación de fibra óptica, de un sistema de iluminación eficientes y de cargadores eléctricos para coches.

Un estudio del Consorcio ha comprobado que en el entorno del Tinglado 2, llamado a ser una gran plaza pública, aparcan sin control 150 coches, el 70% de los cuales no son usuarios del recinto sino que acuden por motivos de trabajo a los barrios cercanos. La previsión del Consorcio es mantener la zona de aparcamiento en cordón en J.J. Dómine y reconvertir el resto del espacio en zona pública a través de una intervención creativa, en concreto, un tapiz que se pintará sobre el suelo y se completará con mobiliario urbano.

Con las limitaciones para optar a subvenciones y con las nuevas concesiones (como la del antiguo varadero) bloqueadas por el Gobierno, que sigue sin fijar fecha para un consejo rector que dé salida a estos y otros acuerdos, las posibilidades del Consorcio València 2007 de aumentar sus ingresos se reducen.

Los responsables del Consorcio aseguran que para mejorar la rentabilidad de la marina hacen falta más inversiones. Si no llegan vía nuevas concesiones, ni vía subvenciones, las administraciones tendrán que hacer nuevas aportaciones económicas. Así se va a solicitar en la próxima reunión del consejo y con carácter previo en la reunión de la comisión delegada.