Un juzgado de València ha condenado por un delito de intrusismo profesional a la dueña de un laboratorio situado en el barrio de Ayora, al considerar probado que esta mujer, protésica de profesión, trató a pacientes realizando funciones propias de un odontólogo pese a carecer de la titulación.

El fallo del Juzgado de lo Penal número 1, que no es firme, condena a la acusada a una pena de tres meses y quince días de multa con una cuota diaria de ocho euros, así como a satisfacer las costas procesales. La querella fue presentada en 2012 por el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (ICOEV) tras detectar esta actividad ilícita, ya que además de no estar habilitada legalmente ni tener los conocimientos formativos necesarios para tratar pacientes, lo hacía en un lugar no autorizado.