Bicis eléctricas, patinetes de última generación, coches híbridos y enchufables, descuentos en Valenbisi y mucho más se puede encontrar desde ayer y hasta las ocho de la tarde de hoy en la plaza del ayuntamiento que vive la Feria de la Movilidad, la cual sirve, precisamente, como punto de partida de la «Setmana de la Mobilitat Sostenible». Ayer, cientos de personas pudieron informarse sobre este nuevo concepto de desplazarse por las calles urbanas y lo hicieron en un punto céntrico, amplio y de paso de todo tipo de personas como es esta plaza del Ayuntamiento. De hecho, como indicaba el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, al inicio de su comparecencia ante los medios, la iniciativa está pensada «sobre todo para las personas que todavía no están convencidas de que la movilidad sostenible mejora la ciudad, la calidad de vida de la gente». Él animaba a las familias a acudir con sus hijos así como a participar en todos los actos que tendrán lugar estos días.

Por su parte, el alcalde Joan Ribó, que se animó a subirse a alguna de las bicicletas eléctricas y dar una vuelta por el circuito instalado delante del ayuntamiento, comentaba que su apuesta en este tema se basa en tres aspectos. El primero, que la gente camine, lo cual, según las encuestas, es «como se mueven fundamentalmente las personas en la ciudad». El segundo, el transporte público, el cual quieren seguir fomentando e incentivando ayudas para la gente con menos recursos. Y, el tercero, las nuevas formas de movilidad. Las cuales, por ser novedosas «hay que educar más en ellas». Él, como Grezzi, insistía en el hecho de apostar por un «un reparto democrático de todas las formas de espacio público y todas las formas de desplazarse» para conseguir una ciudad «más amable» y que «escale posiciones» como capital de la movilidad sostenible. Pues, recuerdan, el año pasado estuvo entre las diez primeras de Europa en este sentido.

Ribó también insitió en que quieren «disciplinar a todo el mundo, hay que aparcar menos en doble fila, saltarse menos los semáforos los peatones y ciclistas». Y, en definitiva, «mejorar la disciplina, València no se distingue por ser una ciudad disciplinada en ninguna forma», lamentó.

El primer edil relacionó este evento con otro que también va en la línea de una sociedad más sostenible, como es la capitalidad mundial de la alimentación, y añadió que «a València se le está olvidando que fue capital de una cosa no muy bonita, que no quiero ni mencionarla. Y cada vez la gente está siendo consciente de que es capital de muchas otra cosas culturales, de la música, de la alimentación y la movilidad».

Otro asunto sobre la mesa es el contrato-programa que ya poseen otras ciudades. Ambos aseguraron que pedirán financiación al Gobierno central para que entre en los presupuestos generales.