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Setmana de la Mobilitat

El cole en el que ir en coche es la excepción

Más del 60 por ciento del alumnado del Humanista Mariner acude a las clases a pie, mientras el 20 por ciento utiliza la bicicleta o el patinete

Monopatines y bicis aparcadas en las vallas del colegio. levante-emv

La vuelta al cole también marca el regreso de los atascos en muchas calles de València a la hora en la que los niños salen de clase. Decenas de madres y padres aparcan con sus vehículos en doble o triple fila cada día, invaden pasos de peatones y cometen infinidad de infracciones de tráfico. No solo es un transtorno importante para el tráfico de la ciudad, sino un pésimo ejemplo para la educación de sus hijos. ¿Cuántos de estos pequeños viven a menos de 500 metros de su centro? ¿Y cuántos a menos de un kilómetro? En el colegio Humanista Mariner se hicieron esta pregunta y gracias a la concienciación de su AMPA (Asociación de Madres y Padres de alumnos), han conseguido ser uno de los mejores ejemplos de movilidad sostenible. El año pasado más del 60 por ciento del alumnado acudía al centro a pie, mientras que más del 20 % eligió la bicicleta o el patinete. Los que utilizan el coche son la excepción y probablemente son los que menos «molan» de este colegio.

Los datos los desvela Colecamins, el colectivo ciudadana que ha conseguido dotar a los distritos de l'Olivereta y Patraix de un anillo para viandantes que conecta cinco colegios (López Rosat, Ciutat de Bolònia, Rodríguez Farnós, Humanista Mariner y Eliseo Vidal) y el Centro Cultural 3F. El concepto y nombre de Colecamins ha sido adoptado por el Ayuntamiento de València, que trabaja para extender esta red peatonal por otros centros escolares de la ciudad.

En el Colecamins de l'Olivereta y Patraix los datos no dejan lugar a dudas: el 64 % del alumnado vive a menos de 500 metros de su colegio y el 94 % a menos de un kilómetro. Así pues, el coche es el elemento extraño en estos entornos. El CEIP Humanista Mariner ha conseguido, gracias a las tareas de concienciación de su AMPA, cambiar los hábitos de los niños, que ahora llegan más relajados y con mejor actitud a las clases. Las tres vallas para aparcar bicicletas o monopatines se han quedado ya pequeñas y si continúa esta apuesta por los desplazamientos sostenibles, pronto deberán habilitar más espacios.

Es cierto que el entorno del Humanista Mariner invita a dejar el coche aparcado y acudir a pie o en bici. Le rodean dos parques y eso repercute también en la calidad del aire que respiran los alumnos. Según el colectivo Mesura, que hizo estudios en varios centros escolares de la ciudad, tanto este centro como el de Ciutat de Bolònia, gozaban de los mejores indicadores del «cap i casal».

«Son entornos pacificados y eso es muy importante, no solo por la salud de los más pequeños que respiran un mejor aire, sino también porque favorece los desplazamientos peatonales o en bicicleta. Si a la salida del colegio te encuentras un parque, es mucho más reconfortante recoger al pequeño y luego acudir a jugar a este espacio de calidad. En cambio, otros centros pegados a grandes vías están en las antípodas en cuanto a calidad de dotaciones públicas y calidad del aire», explica José Manuel Felisi, portavoz de Mesura y miembro de Colecamins.

«Hay que aplaudir la labor del AMPA del Humanista Mariner, pues su trabajo de concienciación permite a los niños llegar más relajados al cole y conectar mejor con su entorno. Lo mejor es que no solo los niños han cambiado de hábitos, sino también muchos padres», se felicita Felisi.

Precisamente, el colectivo Mesura, en colaboración con Arquitecturia, está trabajando en una aplicación de móvil que permitirá a los centros conocer cómo se desplazan los alumnos al colegio y de esta manera conocer si acciones concretas para mejorar la movilidad dan sus frutos, como es el caso del Humanista Mariner.

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