El hotel-rascacielos de la Marina de València tiene partidarios y detractores. Entre los primeros se encuentra el urbanista y autor del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de València, Alejandro Escribano, que a preguntas de este diario sobre el citado hotel, cuyos pliegos de condiciones están en fase de elaboración por parte del Ayuntamiento de València, aseguró que es un proyecto con una «lógica aplastante» como hito en altura y símbolo de la Marina de València. El arquitecto instó a superar el «miedo a los edificios en altura» que existe en València y que da lugar a edificios chaparros como los de la avenida de Corts Valencianes que pudiendo ser torres esbeltas de 35 alturas se quedaron en «mazacotes» de 25 plantas.
En esta línea, Escribano, propone no poner cortapisas de incio al rascacielos de la marina y llevar las alturas más allá de las 30 prevista, hasta 35 o 40 para dar «esbeltez» al edificio. El limite, en este caso, lo debería poner la servidumbre aeronáutica.
El hotel-rascacielos ha sido cuestionado por los vecinos del entorno marítimo y la plataforma El Litoral per al Poble, que demandan un debate ciudadano sobre la idoneidad de este nuevo hito arquitectónico en altura y su impacto sobre la dársena histórica.
El hotel, una de las apuestas del nuevo director general del Consorcio, Vicent Llorens, para rentabilizar la marina supondrá unos ingresos por IBI de un millon de euros así como un canon anuncial de entre 450.000 y 600.000 euros.
Alejandro Escribano asegura que el hotel-rascacielos de la marina funcionaría como un «faro geométrico y visual» y le auguró, si finalmente hay inversores dispuestos a hacerlo, un éxito similar al edificio W Barcelona, ubicado en primera línea de playa y no exento de polémica en los inicios del proyecto. En el Govern de la Nau tampoco hay unanimidad en cuanto al hotel. La portavoz de València en Comú y concejala de Patrimonio, María Oliver, no ve prioritario el proyecto y aboga por replantaerse el tipo de alojamientos que deberían tener cabida en la marina. Por contra el alcalde, Joan Ribó, de Compromís, y la portavoz del PSPV, Sandra Gómez, abogan por el hotel como elemento dinamizador de la marina.
Los vecinos de los barrios del Marítim defienden más dotaciones ciudadanas en la marina, llamado a ser, al menos en el discurso político, un nuevo barrio de la ciudad.
