Un año más, València se sumaba al Día Europeo sin coches y, un año más, la respuesta de la ciudadanía, era más bien escasa. La medida, es verdad, parece que va calando, pero todavía hay mucha falta de información. así como compromiso real por parte de la gente de aparcar la comodidad del coche por un día y pasarse al transporte público.

En las paradas del bus, lo más habitual, sobre todo por la mañana, era encontrarse con gente que no sabía que ese día el transporte público era gratuito. La forma de enterarse fue de lo más variopinta, algunos se dieron cuenta al validar su bonobús y ver en la pantalla, con cierta alegría, que ponía «viaje gratuito». Otros, en cambio, se guardaban, velozmente, las monedas en el bolsillo cuando el conductor les indicaba que «hoy no se paga». Pero también había turistas extranjeros, algo más perdidos, que «no sabían que hacer y que intentaban pagar a pesar de que el conductor les decía que no tenían que hacerlo», como comentaba uno de los usuarios habituales del autobús. Pero, anécdotas aparte, el Día Sin Coches sí aumentó la afluencia de personas en muchas líneas de bus y de metro tanto en la ciudad como en la zona metropolitana.

Otros usuarios se enteraron cuando llegaron a los accesos del metro y vieron que estaban las puertas abiertas: «pensábamos que pasaba algo, pero luego caímos en que podía ser el día de la movilidad», indicaban dos vecinos de València.

Conciertos en la plaza

Los que sí se enteraron de que era el día de la movilidad fueron los niños y niñas de los colegios municipales. Ellos tenían marcado el día en rojo en sus pequeñas agendas porque sabían que iban a llevarles en bus gratuito al centro y que iban a disfrutar del concierto de Ramonets. «En el bus íbamos viendo el tráfico y ellos nos decían, mirad en ese coche solo va uno, o en ese dos», explicaba la directora del Ceip Ramiro Jover, Eva Tarín. Ella explicaba que en su colegio apuestan por estas iniciativas y por el reciclaje y decía que ciudades como València «tienen que avanzar todavía mucho más en estos temas».

Mientras tanto, los profesores del colegio Vicente Blasco Ibáñez, veían buena la iniciativa, pero lamentaban que los niños «estaban cansados de estar tanto tiempo al sol». Ellos también destacaban la implicación de los menores: «Venían muy contentos y nos decían que sus padres habían decidido también no coger el coche».

Críticas del PP por los decibelios

Por su parte, el concejal del PP, Vicente Igual, tachó de «despropósito» que el concierto de ayer tuvo lugar en «plena» jornada laboral e impidiera «realizar su trabajo con normalidad a los funcionarios» y a otras personas por motivos como «los altos decibelios».