La concejala de Acció Cultura y Patrimonio, María Oliver, de València en Comú, ha puesto la lupa en la empresa concesionaria del centro cultural de la Rambleta para comprobar si Bulevard del Arte y la Cultura está cumpliendo con el pliego de condiciones. La segunda teniente de alcalde ha pedido a los técnicos que analicen si las mejoras prometidas por la concesionaria se están prestando en aspectos como la disponibilidad y cesión de espacios y la programación cultural.

«Hasta ahora, no habíamos podido hacer las comprobaciones por falta de personal y porque estaba todo judicializado», apunta Oliver quien añade que La Rambleta «nos cuesta mucho dinero», más de un millón de euros al año por la programación y por los intereses del crédito de las obras. Tras archivarse el pasado mes de julio el caso de la adjudicación de la Rambleta, uno de los contratosque quedaron bajo sospecha en el caso Taula, la concejala de Acció Cultural pone el foco en este espacio cultural, adjudicado en 2012 a Bulevar del Arte.

El Govern de la Nau ha puesto el foco en varias concesiones municipales, planteando en algunos casos la remunicipalización de servicios. El tanatorio municipal, envuelto en denuncias por irregularidades en la gestión de los restos humanos y en el mantenimiento de las instalaciones, la grúa municipal, las contratas de limpieza, la empresa de la ORA y ahora la Rambleta. La reversión de las contratas, sin embargo, no ha llegado a cuajar de momento por la complejidad jurídica y por el elevado coste del rescate.

La concejala de València en Comú, la marca valenciana de Podemos, asegura que la remunicipalización de la Rambleta no es viable porque tiene en vigor una concesión a 20 años, con un contrato vinculado al pago de un crédito y, además, tiene mucho personal a su cargo. «Remunicipalizar la Rambleta es complicado», destacó Oliver, quien es más partidaria en este caso de la gestión indirecta, pero con una correcta fiscalización.

«Los empresarios han tenido muchos beneficios con las contratas porque hasta ahora nadie ha fiscalizado que los pliegos de condiciones se cumplan». «Nadie supervisa que lo que la empresa ofreció es lo que realmente está haciendo». Una situación que, asegura Oliver, «queremos cambiar ahora que tenemos más personal».

La relación del Ayuntamiento de València con la empresa adjudicataria de la Rambleta (Bulevar del Arte y la Cultura) no es fluida, como así lo evidencia la denuncia que la concesionaria presentó en 2015 por los retrasos en el pago de las facturas correspondientes a las obras del centro cultural. La empresa ha demandado al ayuntamiento reclamando 53.000 euros de intereses de demora por el abono tardío de 18 facturas. El juzgado de lo contencioso número 6 de València ha dado la razón a la empresa y obliga al ayuntamiento a abonar los intereses de demora.