No se ve, pero el saneamiento de la ciudad es un «monstruo» que necesita alrededor de 14 millones de euros anuales para mantenerse en perfecto estado. De no ser así puede ocurrir lo que ha ocurrido en el colector norte de la ciudad, donde se ha formado un tapón de 1 kilómetro de largo debido al vertido de toallitas y otros 4 kilómetros se encuentran semiobstruidos por el mismo motivo. Sin embargo, en los últimos años, concretamente desde los presupuestos municipales de 2012, los recortes han reducido mucho esta partida, por lo que el concejal del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, anunció su deseo de aumentarla en las cuentas del año que viene, como ya se ha venido haciendo, recordó, desde que cambió el gobierno.

Según fuentes del Ciclo Integral del Agua, los recortes aplicados en 2012 afectaron muy directamente al mantenimiento de la red de saneamiento y la partida anual se ha situado en 8,6 millones de euros, una cantidad insuficiente para que el sistema se mantenga en perfecto estado. De hecho, todos los años se hace necesario habilitar nuevas partidas para atender los imprevistos que van surgiendo y al final el gasto se sitúa en 13 o 14 millones de euros anuales.

Esa situación se ha ido paliando en los últimos ejercicios, pero sigue siendo claramente insuficiente, por lo que el atasco del colector norte, cuyos trabajos de limpieza pueden costar 2,3 millones de euros, ha tenido que repararse tirando de otras partidas y ha puesto de manifiesto la situación actual. De hecho, el propio concejal responsable del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, aseguró ayer que en los presupuestos municipales de 2018 va a pedir un incremento de la asignación.

«La red de saneamiento es la gran desconocida de la ciudad y eso ha hecho que en anteriores mandatos se hayan hecho recortes brutales que ahora están teniendo consecuencias», explicó el concejal. «Los recortes tienen incidencia en la limpieza, la vigilancia y el mantenimiento del sistema, cuestiones que hubieran minorado el efecto en el atasco del colector», añadió.

En consecuencia, Sarrià recordó que «el Govern de la Nau ha hecho un esfuerzo presupuestario en los dos últimos ejercicios para que la inversión pudiera mejorar» en ese sentido, aunque admitió que «aún es insuficiente» y que habrá que seguir creciendo en los próximos ejercicios.

Entre tanto, Sarrià aseguró que «el peligro de un vertido de aguas fecales al río está conjurado» y que «la parte más dramática está resuelta». «Ahora toca seguir trabajando en el colector y en otros lugares», dijo el concejal, quien recordó que también son frecuentes los atascos en las bombas de la red, muy numerosas en València por tratarse de una ciudad plana en la que hay que «empujar» las aguas residuales para que lleguen a la depuradora.

Peligro ante las lluvias

Ayer mismo los operarios de la empresa responsable del mantenimiento de la red de alcantarillado seguía sacando toallitas de la tubería de aguas residuales con la finalidad de hacer huecos para instalar el sistema de poleas, cables y rastrillos que debe ir sacando el tapón tramo a tramo.

Los caudales, entre tanto, están desviados por otros colectores y en caso de fuertes lluvias no se cree que hubiera problemas de vertido. Todo lo más que podría ocurrir, según fuentes del Ciclo Integral del Agua, es que hubiera un vertido en superficie de aguas ya muy «limpias».