Joan Ribó ofreció ayer en el Club Información su «receta» para que un gobierno tripartito municipal funcione sin generar grandes crisis internas y poder aguantar con un gobierno «plural» hasta 2019. Aunque Ribó, de Compromís, advirtió desde un principio que no iba a responder en el turno de preguntas a las cuestiones concretas de Alicante, sí que opinó sobre cuáles son las líneas y la actitud general que debe regir un gobierno tripartito cuando hay problemas. «Un tripartito tiene que gestionar sus crisis y sus desacuerdos de una manera controlada y amable», sostuvo, al tiempo que añadió que «al menos eso es lo que se intenta hacer el Valencia» y que, de momento, está funcionando.

En este sentido, defendió dar visibilidad al resto de grupos que no son el de la Alcaldía, especialmente a partir de esta segunda fase de legislatura «donde todos los grupos querrán tenerla». «Hay que pensar que todos vamos en el mismo barco», subrayó, y admitió que los desencuentros o temas que se han enquistado en Valencia se han «sacado adelante con mucho debate y quizás estirándolos un poco más».

También hizo referencia a la problemática que la ciudad de Alicante ha tenido con el cambio de calles franquistas. «Gracias a la prisa que ha tenido el Ayuntamiento de Alicante en cambiarlas nosotros hemos aprendido mucho. Hemos ido más despacio porque vimos dónde podría estar el problema y ya hemos conseguido cambiar cincuenta calles en Valencia». El cambio de calles en Alicante fue denunciado por el PP en los tribunales por no pasar por pleno y está a la espera de lo que decida un juez. Joan Ribó, que fue presentado por el conseller Manuel Alcaraz, ofreció un conjunto de elementos en los que tiene que poner énfasis un ayuntamiento con una ponencia de hora y media.