Pese a haber aumentado la contratación, el nivel de ejecución presupuestaria es bajo, de un 56 %, y muchas de las inversiones anunciadas no se han realizado y se han reprogramado para próximos ejercicios. El gobierno municipal atribuye el pobre nivel de ejecución del presupuesto a la acumulación de expendientes en el servicio de contratación, falto de personal, y en fiscalización, donde los expedientes se miran con lupa para evitar ilegalidades.
El contrato menor, que no requiere pública concurrencia, se ha convertido en el atajo para no atascar la gestión. En 2016 las distintas concejalías realizaron 3.300 contratos menores, entre los que se incluyen desde facturas de viajes y hoteles, hasta estudios como el que encargó el servicio de Infraestructuras para conocer el estado de la estructura del aparcamiento de la plaza de la Reina, pasando por adquisición de fondos y mobiliario para las bibliotecas municipales.
El interventor ha hecho recomendaciones a varias concejalías para que limiten este tipo de contratos, que no pueden superar los 20.000 euros. Los grupos de la oposición (PP y Ciudadanos) han criticado en varias ocasiones el abuso con los contratos menores, que escapan mejor a la fiscalización, y el fraccionamiento de contratos mayores por parte del Govern de la Nau. El área que tradicionalmente más recurre a esta fórmula de contratación es la de Fiestas, que en 2016 realizó más de 300 contratos menores.
Entre los contratos mayores adjudicados por el tripartito el año pasado destacan por su importe el servicio de limpieza de colegios por 6,2 millones de euros a Ferrovial, así como el de control de plagas (1,5 millones de euros) a la empresa Lokímica,las obras de urbanización de la avenida Meseguer y la calle Miniaturista Meseguer, en el barrio de Benimamet, por 4,5 millones de euros con cargo al Plan de Inversió Productiva de la Generalitat y también del mismo programa las obras de urbanización de la calle Pintor Genaro la Huerte para dignificar el entorno del Museo San Pío V.
El retraso en la adjudicación de proyectos e inversiones previstas en 2017 ha generado un elevado nivel de tesorería, que según el PP se sitúa en cien millones de euros. "Un dinero del que únicamente se están beneficiando los bancos», afirma el concejal del PP Eusebio Monzó. Las inversiones no ejecutadas se reprograman de un año a otro.
Ante esta situación el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, que está ultimando junto con el gabinete de alcaldía los presupuestos del año próximo ha anunciado que las cuentas de 2018 «no serán expansivas". El capítulo de gasto que más aumentará será el de personal en casi 17 millones de euros para atender el incremento del gasto por la carrera profesional y el aumento de la plantilla en servicios como el de policía y bomberos.
