Cerca de 600 personas acudieron ayer al Monasterio de San Miguel de los Reyes donde se ofrecían visitas guiadas gratuitas a las 12 y 13 horas. El enclave, ubicado en la avenida de la Constitució de València, abrió sus puertas como cada fin de semana o festivo. "Al ser entre semana la gente tienen más curiosidad por venir", cuenta Fernando López, uno de los guías de Biblioteca Valenciana que ofrece a los visitantes una experiencia al pasado.

El monasterio actualmente acoge el mayor archivo de libros en la Comunitat Valenciana y la oficina autonómica de depósito legal. Pero estas visitas llevan haciéndose todos los sábados, domingos y festivos desde hace 17 años. "Lo advertimos a la gente en cada visita, pero siempre se llena este día", explica Fernando de un 'tour' que el 12 de octubre del año pasado alcanzó el millar de personas.

Con un origen de alquería musulmana, en 1381 el edificio se convirtió en un monasterio. Desde entonces, las instalaciones han servido como residencia de nobles, cárcel, almacén de cosechas y colegio hasta que en el año 2.000 fue designada como sede de la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu. La actual estructura fue encargada por Germana de Foix y Fernando de Aragón en 1546.

Un diseño que maravillaba a los visitantes. "Hay valencianos que no conocen las joyas que tenemos por aquí y esta es una de ellas", decía Rubén, vecino de Xirivella. Y es que este edificio, que la mayoría visitaba por primera vez, es desapercibido para muchos. "He pasado por aquí un montón de veces y desconocía todo lo que hay aquí dentro. Ha sido una visita muy rica culturalmente", comentaba José Ramón, vecino de Sedaví, que se había enterado de estas rutas por un aviso del colegio de aparejadores.

Y es que la publicación en prensa atrajo a más gente de lo habitual. "Lo hemos visto en Levante-EMV", explicaba Yolanda de Torrent que acudía con su marido José Carlos, su hijo Mario y sus suegros Emiliano y María José. "Lo más interesante es conocer la historia de València", concluía la torrentina.

El recorrido empezaba en el claustro sur, continuando por la iglesia de San Miguel, la cripta arqueológica de Germana de Foix y Fernando de Aragón y terminó en la zona arqueológica de la zona norte. «Con guías te enteras de cada detalle», decía Juan María de València.

Sin embargo, la gran cantidad de gente que fue ayer impidió que todos tuvieran un guía, como Tere y Pepe de Guadassuar. "Hemos llegado tarde, pero hacemos la visita por nuestra cuenta", explicaba Tere a la cual le gustaron las tres exposiciones que acogían el monasterio, especialmente "la de los instrumentos, me ha parecido original", en referencia a 'De azur y oro. El silencio de los ángeles' que muestra réplicas de aparatos musicales medievales muy bien conservados.